Félix Fernández escoltó a Paolo Galbiati durante su primera aparición pública en el Fernando Buesa Arena. Lo presentó y cerró la convocatoria con las impresiones … del club tras el intento fallido que supuso el retorno de Pablo Laso en junio de 2024 y la esperanza que para la gerencia encarna el nuevo técnico. En cuanto al cierre de una plantilla de catorce integrantes que pretende el italiano, el director deportivo azulgrana quiere empezar por los cimientos. Es decir, un timonel que complemente sobre la pista a Trent Forrest.
«La labor del entrenador –comentó Fernández– es pedir. Primero vamos a ir a por el jugador número trece, el base que al equipo le hace falta porque consideramos que es sumamente necesario». De este modo concluyó la comparecencia, pero antes el director deportivo explicó los motivos del vuelco dentro de la plantilla y el relevo en el banquillo del Fernando Buesa Arena.
«El año pasado no acabamos contentos porque no acometimos los mínimos. Y eso nos llevó a la reflexión de cambiar jugadores y al entrenador. Es nuestra responsabilidad y así lo hemos hecho. Seis jugadores nuevos a día de hoy y otro cuerpo técnico», comentó el directivo del Baskonia.
Fernández observa semejanzas entre la llegada de Galbiati y las primeras irrupciones en Zurbano de Sergio Scariolo y de Dusko Ivanovic. Ambos llegaron a Vitoria con «muchísima proyección» y la entidad considera que es «el momento idóneo» del italiano.
«Paolo transmite pasión y deseo desde que entra en el pabellón a las nueve de la mañana y hasta que lo abandona»
El portavoz azulgrana reiteró la satisfacción del club por el fichaje del hombre procedente del Trento. «Estamos muy contentos con su llegada porque incorporamos a alguien con hambre, ambición y, sobre todo, muchísimo conocimiento del baloncesto». Félix reconoce que al nuevo preparador se le seguía su «trayectoria ascendente» desde hace tiempo. Y entiende que el relevo en el banquillo de Zurbano representa un «aire fresco» que ilusiona a la planta noble de la entidad.
A su juicio también Laso mantiene el hambre competitiva y prefiere no comparar a ambos. Pero insistió ayer en «la pasión» y «el deseo» que transmite Galbiati «desde que entra en el pabellón a las nueve de la mañana y hasta que lo abandona».