Se le notaba feliz después de que el presidente le concediera la segunda oreja con el cuarto bis. La tarde no empezó bien para él, pues después de cuajar una buena faena a base de técnica y temple no acertaba con la tizona a la hora de matar. «El primer toro de mi lote parecía que no valía y la gente estaba un poco en contra, si bien estuve sutil con él, sin apretarle en exceso y sosteniéndole mucho el pulso. Así le fui sacando juego hasta llegar a construir una faena que tuvo sus momentos de calidad. La pena fue no haber acertado con los aceros, pues tenía ahí el triunfo. Es verdad que tampoco el toro colaboró mucho en esa suerte», matizaba Talavante.
La suerte le siguió siendo esquiva en su segundo, al que devolvieron a los corrales tras ser picado. Sin embargo, con el cuarto bis todo cambió, pese a que no fue un ejemplar para lucirse en exceso. «Esta vez sí que lo maté bien. Quise asegurar y entré con mucho ritmo, con el mismo que lo he toreado. Ha sido una faena de mucha calidad ante otro toro sosito, de ahí que tuviera que hacerlo yo todo», concluyó el diestro extremeño.