Los llamados lugares de memoria son sitios y paisajes que han ganado un especial significado por los hechos que allí tuvieron lugar. En el caso de España, la Ley de Memoria Democrática de 2022 establece el reconocimiento de varios parajes para recoger y conmemorar los espacios en los que se han desarrollado «hechos de singular relevancia para la memoria democrática».
A esa lista se une desde este miércoles la isla de San Simón —en realidad un pequeño archipiélago formado por dos islas, San Simón y San Antón— publicarse en el BOE la incoación del expediente para declararlo Lugar de Memoria Democrática; un día antes se hizo lo propio con el Pazo de Meirás, situado en el Ayuntamiento de Sada, ligado a la figura de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán (que lo constuyó) y que fue de 1938 a 1975, sede veraniega de la Jefatura del Estado durante la dictadura
Frente a Vigo y también en su ría se ubican una serie de islas e islotes. Tal vez los más conocidos son los que dan forma a las Cíes, frente a la ciudad gallega. Pero más cerca, en la propia ría, están las islas de San Simón y de San Antón.
Dice la ley que…
- «Lugar de Memoria Democrática es aquel espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos».
El puente que une San Simón con San Antón
La isla de San Simón es la más grande y ofrece una panorámica espléndida de la ría de Vigo, con las Cíes al fondo. Hablamos de Vigo, pero pertenece a la parroquia de Cesantes, en el municipio de Redondela. Fue un antiguo centro monástico en la Edad Media, estuvo habitada por los templarios, por la orden de los pascualinos de San Simón, fue escenario de la batalla de Rande en 1702 por la sucesión en Castilla y en el siglo XIX sirvió para alojar a enfermos incurables e infectados por el cólera y la lepra. En la actualidad se encuentra deshabitada, aunque cada año acoge el Sinsal, un festival musical que nunca anuncia su cartel de bandas hasta el día en que se celebra (la edición de 2025 fue los pasados 25, 26 y 27 de julio).
San Simón está unida a la isla de San Antón (más pequeña) por un puente. El conjunto de las dos islas, que mide 250 metros de ancho y 84 de largo. Es pequeña, pero es una joya patrimonial desde el punto de vista medioambiental e histórico.
La isla de San Simón cuenta con una rica biodiversidad y ofrece una variedad de hábitats naturales, incluyendo bosques de pinos, dunas de arena y zonas rocosas. Está catalogado como Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, desde el 29 de julio de 1999, y es Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN) e integrada dentro de la Red Natura 2000.
Un tesoro en el fondo de la bahía
Aunque estuvo habitada desde la Prehistoria hasta la ocupación romana de la Península Ibérica, fueron los caballeros templarios quienes la pusieron en el mapa, con la fundación de un monasterio en el siglo XII, que luego pasó a la orden de los franciscanos. Conocida también como la isla del Pensamiento o isla de los Monjes, fue inspiración en la lírica medieval.
Ya a finales del XVI, sufrió el saqueo del pirata y corsario Francis Drake saqueó la isla. También fue escenario de la Batalla Naval de Rande, en 1702. Navíos de Holanda y de Inglaterra, unidos por la Guerra de Sucesión contra la corona de Castilla, trataron de asaltar la flota de Indias cargada con las mercancías de casi tres años. Una gran parte del contenido de los galeones (se cree que llevaba oro, plata y diamantes) acabó en el fondo del mar. Desde entonces se repiten las historias y leyendas de tesoros ocultos y jamás hallados.
A lo largo de la historia, San Simón fue empleada como monasterio, cárcel, hogar para niños huérfanos y lazareto, un centro de cuarentena clave para los barcos que realizaban la ruta transatlántica. Como tal, para prevenir la entrada de epidemias como cólera y lepra, enfermedades frecuentes en los barcos procedentes de América, funcionó hasta 1927.
El lazareto y la industria conservera de Vigo
- El centro de cuarentena de la isla de San Simón también jugó un papel clave en el desarrollo económico de Vigo. Gracias al lazareto, el puerto de la ciudad quedó como referente en el comercio internacional. Este centro de cuarentena fue vital para el establecimiento de Vigo como un hub comercial, impulsando la llegada de empresas extranjeras. Fue el caso de las conserveras catalanas, que trajeron consigo nuevas técnicas de producción y organización empresarial. La presencia de un puerto con protocolos sanitarios eficaces convirtió a Vigo en un punto de paso obligatorio para el comercio transatlántico, lo que permitió su posterior expansión.
San Simón, lugar de memoria
Cuando llegó el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República, San Simón fue utilizada por los sublevados como campo de concentración. En los primeros años de la dictadura franquista se convirtió en una colonia penitenciaria en la que fueron recluidos los enemigos del nuevo régimen.
En un primer momento, en su mayoría eran presos republicanos procedentes de zonas próximas como Vigo, Pontevedra, Orense y Villagarcía de Arosa; después de la caída del frente norte republicano los presos provenían de Asturias, León, Cantabria y País Vasco. Terminada la guerra fueron trasladados presos desde todas las cárceles de España. Cuenta el Faro de Vigo que muchos eran de edades muy avanzadas.
San Simón fue calificada oficialmente como colonia penitenciaria, pero en realidad era un campo de concentración para los presos políticos comunistas, republicanos, socialistas o anarquistas. Se mantuvo en funcionamiento entre octubre de 1936 y el 15 de marzo de 1943.
En ese tiempo, por el penal pasaron más de 5.600 personas recluidas. A finales de enero de 1943, apenas dos meses antes de que fuera clausurado, ingresó el recluso que hacía el número 5.616, aunque en ningún momento llegaron a coincidir al mismo tiempo más de 2.000 prisioneros.
Un concepto de origen francés
- El lugar de memoria es un concepto histórico propuesto por el libro ‘Les Lieux de Mémoire’, publicado bajo la dirección del historiador francés Pierre Nora entre 1984 y 1992. El término entró en el diccionario ‘Le Grand Robert’ de la lengua francesa en 1993 y pasó a ser de uso común.
En la actualidad, es cita para los turistas, los que hacen la travesía en barco en visitas guiadas. Llegan atraídos, además de por su belleza natural, por los monumentos históricos que alberga. Está el convento de San Simón, construido en el siglo XVII y diversos edificios de la época en la que la isla sirvió como lugar de cuarentena.
Tras el acondicionamiento de sus jardines y la restauración de sus edificios, la isla sigue siendo un lugar de gran belleza que ofrece una panorámica única de la ría de Vigo.