La Fundación Franz Weber (FFW) ha solicitado este lunes que se prohíba la presencia de niñas, niños y adolescentes en las sueltas de vaquillas programadas para los días 2 y 5 de agosto en el núcleo de Pisueña, perteneciente al municipio cántabro de Selaya, donde se ha anunciado acceso gratuito para menores de 0 a 7 años.

La entidad advierte de que este tipo de espectáculos vulneran las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, que ya en 2018 instó al Estado español a evitar la participación o presencia de menores en eventos taurinos, al considerar que suponen una forma de violencia física y psicológica.

«Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia», recogía el informe de aquel año.

Publicidad 165687

A esta advertencia se suma el reciente Comentario General nº 26, emitido en agosto del pasado año, que en su apartado dedicado al derecho a no sufrir ningún tipo de violencia, señala que los niños deben ser protegidos no solo de la violencia directa, sino también de su exposición, incluyendo la violencia hacia los animales.

Franz Weber critica que el Ayuntamiento de Selaya ignore estas recomendaciones internacionales y permita la entrada libre a menores a espectáculos con altos niveles de violencia, lo que consideran una forma de «normalización de la agresión» desde edades tempranas.

La organización, apoyada en estudios científicos, advierte de los efectos que este tipo de contenidos violentos pueden tener en menores, como alteraciones en el comportamiento, aumento de la ansiedad o agresividad, e incluso posibles efectos traumáticos. Los especialistas recuerdan que la exposición continuada a escenas de violencia, aunque sea como espectadores, puede generar actitudes de aceptación hacia el maltrato, tanto a personas como a animales.

La Fundación también subraya que estos eventos taurinos coinciden con la habitual presencia de consumo de alcohol en la vía pública, lo que agrava aún más el entorno en el que se exponen los menores.