La localidad vallisoletana de Medina del Campo vivió en la tarde del miércoles una corrida de toros con dos nombres propios del toreo a pie: … Sebastián Castella y Borja Jiménez, dos toreros que por méritos propios están en las primeras posiciones del escalafón, y Guillermo Hermoso de Mendoza, el rejoneador navarro revelación de la temporada, que venía de cortar una oreja en Cuéllar.
Guillermo Hermoso de Mendoza se enfrentó a su primer envite con ‘Nómada’, su caballo negro de salida, en los medios llevando al astado a la grupa con dos rejones de castigo, para luego con ‘Navegante’, un tordo en fase blanca, ponerle dos pares de banderillas y llevar al toro en dos pistas para quebrarle contra las tablas.
Sacó después el rejoneador a ‘Pasodoble’, un tordo rodado al que le colocó otros dos pares de banderillas de poder a poder, para rematar la faena con ‘Generoso’, tres rosas y de una estocada en todo lo alto. Que le tocara descabellar no le privó de la oreja.
En el segundo toro de El Canario sólo precisó de un rejón de castigo después de intentar parar al morlaco en los medios, necesitando correrlo por el ruedo. Dos buenos pares de banderillas de poder a poder y un par a dos manos fue lo más destacado ante un toro que se le paró muy pronto, fallando al final con el rejón de muerte.
Sebastián Castella recibió a su primero, un colorado del Vellosino, al capote con unas verónicas ante un astado que, de salida, ya se le vio falto de fuerza. Un puyazo a medio marcar le bastó al flojo de Vellosino.
Lo intento el francés afincado en Sevilla ante un toro blando, protestón en la muleta y sin recorrido, con el que acabó mediante una estocada trasera pero certera. A su segundo toro, que tuvo más recorrido, lo recibió con verónicas, pero sin mucha fijeza. Ya en el caballo salió suelto y le valió un solo puyazo. Estaba con ganas el francés de agradar a la afición de Medina del Campo y después de brindar al público se fue al estribo, donde ofreció sentado una buena serie de muletazos. Se le fue llevando a los medios intentando estirar el toro, pero cogiéndole muy de cerca, lo que no ayudó mucho.
La espada le privó de un apéndice después de un aviso, aun así, se llevó una gran ovación. Borja Jiménez recibió con el capote a su primero, un toro que se le quedó corto en el recorrido, lo que le hizo tropezar y caer en la cara del animal sin mayores consecuencias. Al caballo, el toro le apretó estando a punto de derribarlo. Con la muleta, aunque el astado empezó protestón, al final el Sevillano consiguió sacarle unos buenos pases por la derecha, terminando con unas manoletinas.
El público respondió llenando casi una plaza que despidió a los toreros con aplausos
Aún tuvo tiempo de poder extraer algún pase por la izquierda, y sólo el acero le privó de una posible oreja, pues en su primer intento pinchó cayendo delante del toro, que por suerte le pasó por encima sin tocarle, necesitando otros dos intentos para acabar.
El segundo de su lote, un negro bragado del Vellosino, el más grande de la corrida, le salió muy despistado con el capote, acudiendo suelto a las suertes. Un gran puyazo le valió un saludo al subalterno, mientras con la muleta consiguió buenas series, estirando la mano e intentando llevar al toro a la punta, aunque el acero –después de un aviso– le hizo perder toda posibilidad de triunfo.
Muchas ilusiones se habían puesto en este cartel de lujo para las fiestas de San Antolín, pero los toros no acompañaron en esta ocasión. Aun así, el público respondió llenando casi una plaza que despidió a los toreros con aplausos.