Una resonancia magnética avanzada permite detectar el riesgo de eventos cardiovasculares en menos de 15 minutos sin necesidad de agentes de contraste, ni radiación ionizante, lo que supone un gran avance con respecto a métodos de imagen tradicionales.La tecnología MyoStrain no solo permite rapidez en el diagnóstico sino que también …
Una resonancia magnética avanzada permite detectar el riesgo de eventos cardiovasculares en menos de 15 minutos sin necesidad de agentes de contraste, ni radiación ionizante, lo que supone un gran avance con respecto a métodos de imagen tradicionales.
La tecnología MyoStrain no solo permite rapidez en el diagnóstico sino que también posibilita diagnosticar con mucha antelación disfunciones miocárdicas, «llegamos a la detección precoz mucho antes, lo que supone un valor añadido muy importante porque nos permite poner un tratamiento precoz y personalizado al paciente antes de que ya aparezcan los síntomas», según ha explicado el jefe de servicio de Radiología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario en Madrid, Eliseo Vañó.
El especialista ha indicado que esta innovadora técnica de resonancia magnética cardíaca «permite medir exactamente la deformación del músculo del miocardio de forma muy reproducible y detectar precozmente la disfunción de los ventrículos».
MyoStrain resulta especialmente útil en enfermedades cardiovasculares asintomáticas, donde «muchas veces debuta cuando es tarde», permitiendo «mejorar el pronóstico del paciente» y «estadísticamente aumentar su esperanza de vida», además de «ahorrar costes al sistema sanitario al anticiparse a ingresos innecesarios».
La prueba «no utiliza radiación ionizante ni contrastes» y está especialmente indicada para «pacientes oncológicos y con enfermedades valvulares», donde «se pueden detectar alteraciones cardíacas antes de que la válvula esté demasiado deteriorada».
Entre sus principales beneficios, Vañó ha destacado que esta tecnología, que dura aproximadamente 15 minutos, «optimiza los flujos de trabajo» al reducir significativamente los tiempos de exploración respecto a resonancias convencionales, «pasando de 45-60 minutos a solo 15 minutos», lo que podría contribuir a reducir las largas listas de espera en pruebas cardíacas.
SEGUIR LEYENDO