Las normas ortográficas de Pompeu Fabra han hecho que los valencianos sientan «desafección» por su lengua. Así lo ha retratado este lunes Abelard Saragossà, en … la presentación de su libro que se integrará en la colección de la Nueva Biblioteca de Filologia Valenciana de la Institución Alfons el Magnànim (IAM).

«La normativa ha provocado que los valencianohablantes de cultura media no sean capaces de escribir sin faltas de ortografía, ni siquiera los propios estudiantes de Filología Valenciana», explica Saragossà.

Vicent Mompó, presidente de la Diputació, califica esta inciativa como un intento de «reconciliación». «No nace desde la voluntad de imponer, sino de eliminar el conflicto», recalca. Para el presidente, la lengua tendría que responder a una identidad que recae sobre palabras como ‘gasto’ y no en ‘despesa’. Del mismo modo, Mompó afirma que el acento de Valencia tendría que ser «según su pronunciación cerrada».

La investigación realizada determina que la gran cantidad de excepciones que tiene el Valenciano provocan que las personas no se sientan «cómodas» al escribir. El proyecto propuesto por Abelard aboga por simplificar las normas para que sean «asequibles», aunque ello pase por la similitud al castellano, que Pompeu Fabra quiso evitar «como si fuera una necesidad personal», recuerda el académico.