Científicos de diversos centros estadounidenses han determinado que la exposición a materia particulada (PM2.5) contenida en el aire incrementa el riesgo de mortalidad por cualquier causa, retraso en la función del órgano injertado, rechazo agudo y necesidad de diálisis o de nuevo trasplante, en pacientes que reciben trasplante de riñón. …
Científicos de diversos centros estadounidenses han determinado que la exposición a materia particulada (PM2.5) contenida en el aire incrementa el riesgo de mortalidad por cualquier causa, retraso en la función del órgano injertado, rechazo agudo y necesidad de diálisis o de nuevo trasplante, en pacientes que reciben trasplante de riñón. El riesgo de rechazo agudo y de retraso funcional aumentó un 3.6 y un 6.8%, respectivamente, por cada incremento de un decil en la cantidad de PM2.5, según afirma Joel Schwartz, científico de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan y codirector de estudio.
En el análisis de 15 constituyentes de estas micropartículas, los investigadores hallaron que el níquel y el carbono orgánico son los principales causantes de la necesidad de diálisis o de nuevo trasplante, mientras que el plomo contribuye en hasta un 75% al rechazo agudo. Sin embargo, el componente que más influenció el desenlace a largo plazo del trasplante fue el sulfato, asegura Schwartz.
El científico señala que los hallazgos son consistentes con los de estudios previos, según los cuales las PM2.5 aumentan el riesgo de enfermedad renal crónica y de declive de la función de este órgano. La inmunotoxicidad atribuida a estas micropartículas podría tener efectos particularmente nocivos en pacientes trasplantados, los cuales requieren inmunosupresión crónica. Como consecuencia, estos pacientes estarían expuestos a mayor riesgo de infecciones y de neoplasmas, según el investigador. Los actuales resultados enfatizan la necesidad de establecer la peligrosidad de las PM2.5 determinando su composición, aspecto que todavía no está suficientemente considerado por las autoridades sanitarias de los países occidentales, concluye el científico.
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