La junta de gobierno local del Concello de Vigo tiene previsto aprobar mañana de forma inicial el proyecto de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), una medida obligatoria en todas las ciudades europeas por disposición de la UE.

Tras esta aprobación inicial, el proyecto se someterá a exposición pública durante 30 días para que la ciudadanía pueda presentar alegaciones. De manera paralela, también se iniciará el proceso de audiencia pública de la ordenanza que regulará jurídicamente el funcionamiento de estas zonas.

La ordenanza establecerá, entre otros aspectos, quiénes podrán acceder a las ZBE, qué excepciones se contemplan, cómo se identificará a los residentes, las condiciones para personas con movilidad reducida o la regulación del acceso a aparcamientos.

El alcalde ha insistido en que no se contempla el uso de sanciones como método principal de aplicación: “Tiene que haber un consenso social. Las ZBE son para preservar el medio ambiente y la calidad de vida”, señaló.

En total, se delimitarán cuatro zonas en la ciudad: el centro de Vigo (67 hectáreas), la zona de Plaza de Portugal, Bouzas (entorno de Eduardo Cabello, Simancas y Camilo Veiga) y el Calvario. La zona más amplia será la del centro, que abarca aproximadamente 400.000 m² e incluye calles como Cánovas del Castillo, Colón, Urzaiz, Ronda de Don Bosco y Paseo de Granada, entre otras.

El coste total del proyecto asciende a 5,4 millones de euros, financiado en su mayoría con fondos europeos. A pesar de su implementación obligatoria, el alcalde expresó su desacuerdo con la normativa europea al considerar que puede generar desigualdad: “No todos pueden comprarse un coche nuevo con etiqueta verde. Se tendría que haber previsto una transición más justa”.