El lateral ha lanzado un mensaje brillante a través del Real Mallorca. Con su permanencia en la isla obligatoria al no haber podido salir durante el pasado mercado, el defensa se ha dejado aconsejar (algo clave hoy en día, a la vista está), se ha remangado y ha reconocido sus errores con la sinceridad que le caracteriza. Él quería salir, pensaba que su etapa estaba finalizada (algo lícito), pero el destino ha querido que siga en Son Moix y nadie tiene ni una sola duda de que si es necesario, volverá a jugar lesionado. Porque ya lo ha hecho en infinidad de ocasiones. Y su reconciliación con parte de la grada correrá de su cuenta.

«Al final las cosas no van a cambiar si el principal culpable, que soy yo, no pone de su parte. Entonces, si yo no pongo de mi parte, las cosas no cambiarán y esto podría ser un desastre. Pero no va a ser así. Ahora toca remangarse, trabajar más que nadie, hacer autocrítica de todo lo que he hecho mal». Chapó, el catalán ha sido mucho más inteligente que otros efectivos que ahora encaran la puerta de atrás. En la planta noble sabían perfectamente que Son Moix no iba a perdonar a Larin, pero lo del de Sant Joan Despí era perfectamente reconducible y este ha sido el primer gran paso para su continuidad.

Con Maffeo presente y recuperado la plantilla mejora y Arrasate lo agradece. El año pasado el técnico ya convenció al lateral para que se quedase y este curso, después de intentarlo en varias ocasiones, finalmente volverá a contar con él. El mensaje, insisto, es brillante. Los pequeños detalles cuentan mucho y Maffeo ha sabido pedir perdón. Uno más para la causa.