Lunes, 28 de julio 2025, 13:14
| Actualizado 13:36h.
«Que no te la den con queso». El popular refrán advierte de un engaño o un timo en situaciones que pueden ser de lo más variopintas y también se puede aplicar en cuestiones de nutrición y salud. El mundo de la alimentación está plagado de mitos como que las personas con el colesterol alto -el llamado LDL- no deben comer queso. Manuel Viso, médico de urgencias y divulgador en redes sociales, echa por tierra esta creencia, ya que, según explica, «no todos los quesos son iguales».
¿Se puede comer queso con colesterol alto? Es la pregunta que muchos amantes de este lácteo se hacen cuando en los análisis salen resultados que no agradan y que indican, en concreto, un exceso de colesterol que conviene combatir. Si se sobrepasan los niveles de LDL en sangre las arterias se colapsan y hay mayor riesgo de sufrir un infarto o cualquier otra dolencia cardíaca.
El queso es un alimento muy nutritivo rico en calcio pero, a su vez, contiene gran cantidad de grasas saturadas muy perjudiciales para la salud cardiovascular. «El queso tiene grasas saturadas, grasas que pueden elevar el colesterol ‘malo’», indica el experto. No obstante, insiste en que en esto hay matices porque «no todas las grasas son iguales» y hay algunas que pueden ser «hasta amigables para el corazón». Algunos estudios sugieren que el consumo moderado de ciertos quesos no implica un aumento del colesterol. Así lo asegura el especialista gallego en una publicación compartida en su perfil de Instagram.
En concreto, el doctor Viso señala que estos quesos sí se pueden comer a pesar de tener el colesterol alto:
– Camembert
– Ricotta
– Cottage
– Requesón
– Queso de Burgos.
– Cheddar
– Mozzarrella
– Quesos frescos de vaca o de cabra
El facultativo, con más de 80.000 seguidores en esta conocida red social, asegura que «la clave es elegir variedades bajas en grasas» y afirma que los quesos frescos como el ricotta, el queso cottage y la mozzarella baja en grasa son opciones más saludables para el corazón que los quesos curados o maduros.
Fuente de vitaminas
También recomienda el queso ricotta, el cottage, el camembert, el requesón, el queso de Burgos, el cheddar, la mozzarella y los quesos frescos de vaca o de cabra: «Todos ellos bajo un consumo moderado son una buena alternativa para tener controladas las grasas», añade. En el caso de quesos como el parmesano apunta a que «tienen bacterias interesantísimas para tu microbiota intestinal y además para reducir la inflamación», aunque recomienda consumirlo con más moderación por la presencia de más porcentaje de grasa.
Por otro lado, el doctor insiste en la importancia del calcio que aporta el queso a los huesos y cuenta que algunos estudios lo señalan como clave también para la presión arterial o «proteínas maravillosas para tus músculos». Los quesos son una buena fuente de vitaminas hidrosolubles, como la B1 y la B2, y liposolubles A y D, que varían en función del tipo de queso y la grasa que contenga.
Además, el alto contenido de proteínas y grasas saludables puede hacer que el queso sea saciante, ayudando a reducir el hambre y a evitar comer en exceso.
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