-Mi historia viene de muy chico en Francia, que mi madre es francesa, con … lo cual pues toda la familia materna son personas muy taurinas. Es algo que siempre me han inculcado, desde muy chico lo he mamado, empecé en el mundo del toro con ocho años en la escuela taurina de Richard Millan. Ahí empezó mi carrera.
-Nacido en Madrid, criado en Francia y alumno de la escuela taurina de Badajoz, tres lugares diferentes y tres conceptos del toro diferentes. ¿Cuál predomina?
-Al final manda el corazón. Donde yo me he hecho como torero ha sido en la escuela taurina de Badajoz, que fui con 14 años, ahí es donde se ha podido ver una progresión mía como torero y donde al final me he hecho como torero y donde pude debutar con picadores en Olivenza.
-¿Y en quién se fijaba cuando era crío para alimentar ese corazón taurino?
– Para elegir mis toreros favoritos siempre me he solido fijar en conceptos antiguos, el maestro Manzanares Padre, el maestro Julio Robles, el maestro Yiyo, del que he visto muchos vídeos. Creo que al final ese concepto de antes, la manera en la que se vivía el toreo creo que ha cambiado totalmente a cómo se vive ahora.
-Cuando pregunto a los toreros de qué fuentes bebe su toreo, siempre optan por lo antiguo. ¿Tanto ha cambiado el mundo del toro que lo de ahora no atrae tanto?
-Hoy en día hay una baraja de toreros importantísima, obviamente mi torero favorito es Morante, creo que pocos toreros te podrán decir algo diferente, pero bueno, sí es verdad que al final los toreros antiguos son algo que me inspira mucho. Como torero es cierto que hoy en día ha cambiado todo, no sé si para mejor o peor, pero ha cambiado y sobre todo creo que cómo se vivía, con la entrega que se vivía en el mundo del toro.
-Llega un momento en tu carrera que tienes anunciada la alternativa y llega la inoportuna lesión. ¿Cómo vivió esos meses de parón?
-Fue algo como torero muy duro, muy frustrante, pero bueno, al final esto es parte también del toreo, los toros cogen y ya está, pero sí es verdad que son meses muy duros. Después tuve Zaragoza también en octubre que la quería haber tomado y no pude por los dolores. Para ponerse ante un toro uno tiene que estar con las mejores condiciones posibles y no lo estaba, por lo cual es verdad que son meses duros, pero creo que gracias a esa dureza me ha hecho madurar como torero y sobre todo darme cuenta de lo que realmente quiero en mi vida. Tengo más claro que nunca que lo que me hace feliz es torear.
-¿Te cambia la mentalidad pasar por lo más duro del toreo?
-Sí, por supuesto, porque al final te das cuenta de muchas cosas, le das importancia a las cosas que de verdad la tienen y sobre todo cada tarde que tienes la oportunidad de vestirte de torero para torear lo vives con otra intensidad. Cada tarde que me visto de torero me siento un privilegiado.
-Se viste de torero por la mañana y en su cabeza está la faena perfecta. ¿Cómo es esa faena perfecta?
-Creo que muchos toreros nos vamos a quedar con ganas de hacerla algún día. Al final es verdad que uno sueña mucho, sobre todo entrenando por las mañanas, pues es verdad que uno sueña faenas especiales en plazas importantes, pero cuando vas con una idea realmente nunca sale así, el toro te la descompone muy rápido, por lo cual es mejor ir con la mente abierta, que salga el toro y expresar lo que uno siente. Dejarlo fluir.
-Ampuero es una plaza con una idiosincrasia especial. ¿Le han hablado de ella?
-Nunca he estado, he visto fotos y la plaza me gusta, el ambiente también creo que es muy bonito. Me hace especial ilusión poder torear en Cantabria y sentir la afición, que creo que es maravillosa y, por qué no, en un futuro poder torear en Santander que es realmente la plaza que me hace ilusión pisar. Para mi es una de las mejores ferias, la categoría que tiene Cuatro Caminos hoy en día la tienen en pocas plazas.
-En Ampuero hay encierro por la mañana. ¿Para ustedes la carrera matinal es buena o no les gusta?
-A mí no me gusta, es cierto que si es un encierro bastante rápido no afecta tanto, pero cuando llegan a la plaza es verdad que los toros cogen querencias. Pero al final es tradición del pueblo y ya está. Sí es cierto que a mí como torero no es algo que me guste pero creo que es necesario también para la afición. No iré a verlo y correrlo porque se pasa mucho miedo por la tarde como para pasarlo por la mañana.