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Primeros planos de muñecas terroríficas colgadas entre la niebla y clavadas en palos. De pronto, una de ellas cobra vida: es Lady Gaga encarnando el alma perdida de una muñeca abandonada. En un blanco y negro sacado de una pesadilla de Tim Burton, la artista baila entre cientos de ojos de plástico que la observan colgados de los árboles. «Like the words of a song, I hear you call / Like a thief in my head, you criminal», canta mientras se desplaza con golpes rítmicos y movimientos teatrales, en clara referencia al «Thriller” de Michael Jackson. «The Dead Dance» transforma un duelo amoroso en un ritual de supervivencia: bailar hasta morir para volver a nacer. Será el leitmotiv sonoro perfecto para la segunda temporada de Miércoles que estrena Netflix. “This goodbye is no surprise”, canta Lady Gaga… Lo que sí es una sorpresa es que la terrorífica isla existe realmente y poco atrezzo ha necesitado para convertirse en un escenario.
LA ISLA DE LAS MUÑECAS
No es una pesadilla, es real: la Isla de las Muñecas existe. Se encuentra en Xochimilco, Ciudad de México, en un islote perdido entre los canales que una vez alimentaron Tenochtitlán. Solo se llega en trajinera, navegando hora y media por aguas que esconden leyendas aztecas. El genio visual de Burton le ha sacado el máximo partido a esta isla de peculiar leyenda, donde ha convertido cada encuadre en una emocionante oda gótica al más puro estilo de Hammers Films. ¿Cómo nació este tenebroso lugar?
A pachas
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Más allá del beneficio económico para los viajeros, la iniciativa es una apuesta por un modelo turístico más equilibrado, sostenible y de calidad durante todo el año.
ESCENARIO PARA LADY GAGA
Foto: AdobeStock
El terror está garantizado en este santuario gótico de muñecas rotas.
Fue en 1950 cuando Julián Santana encontró el cadáver de una niña ahogada en esta red de canales que luce como una especie de “Venecia mexicana”. Cuenta la leyenda urbana que, obsesionado por proteger su alma, comenzó a colgar muñecas por toda la isla. Durante cincuenta años recolectó más de mil muñecas rotas, algunas las encontró flotando misteriosamente en los canales, y otras en las calles de Ciudad de México. Hoy se puede visitar el lugar, aunque, los trajineros locales, presos de supersticiones, a menudo se niegan a acercarse. Cuentan que por las noches las muñecas susurran, mueven brazos y giran sus cabezas siguiendo sus pasos.
Foto: Shutterstock
La cabaña de Santana se ha convertido en una especie de altar en su honor.
Un terror con fundamentos: Santana murió en 2001 en el mismo lugar donde halló a la niña, ahogada entre los lirios. Más tarde, la autopsia confirmó que había fallecido de un ataque al corazón. ¿Qué se lo provocó? Nunca lo sabremos, pero su isla, que ya era un clásico para el turismo más terrorífico, se acaba de catapultar entre los destinos más buscados del mundo de la mano (o el baile) de Lady Gaga.
Barrios mágicos
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Recorrer el camino que hay entre cada una de las casas de esta artística pareja permite sumergirse en San Ángel y Coyoacán, dos de las colonias más carismáticas de Ciudad de México.
La isla conserva su estructura arbórea de chinampa prehispánica: ahuejotes centenarios, eucaliptos y vegetación lacustre rodean la humilde cabaña de Santana. Las muñecas, suspendidas en un horror vacui literal, exhiben décadas de deterioro: moho, líquenes, telarañas que las potencian como elementos de pesadilla.
Lady Gaga y Tim Burton encontraron aquí la metáfora perfecta: un lugar donde la muerte se transforma en arte, donde el dolor se convierte en un ritual universal. Como la letra de la canción -«cuando me mataste por dentro, fue cuando cobré vida»-, en esta isla mexicana, descubrimos entre fantasmas de plástico y leyendas que lo más terrorífico puede ser también el inicio de lo más bello.