Viernes, 5 de septiembre 2025, 14:29

El transcurso del US Open, el cuarto y último ‘Grand Slam’ de tenis de la temporada que cada final de verano acoge la ciudad de Nueva York, ha dejado multitud de titulares desde su inicio. Si en el arranque del Abierto de Estados Unidos era el peinado de Carlos Alcaraz lo que acaparaba los focos de todo el mundo, en los últimos días el capricho de un multimillonario para acudir al torneo ha sido una de las escenas más comentadas.

La historia tiene como protagonista al magnate Terry Pegula, ingeniero petrolero y propietario de los Buffalo Bills de la NFL, que no dudó en acudir a bordo de su yate valorado en más de cien millones de dólares hasta las instalaciones del US Open en Queens.

Un acto al alcance de la cartera de unos pocos que bien podría pasar desapercibido entre tantas otras excentricidades y anécdotas que se suceden en este tipo de eventos pero que ha saltado a los titulares debido a que su protagonista es el padre de Jessica Pegula, una de las tenistas más en forma del momento y que ha alcanzando las semifinales de la competición, ronda en la que ha caído derrotada en tres sets frente a la actual número uno del mundo y máxima favorita, Aryna Sabalenka.

«Mientras Jess Pegula juega la semifinal del US Open mañana por la noche, su padre, el propietario de los Buffalo Bills, Terry Pegula, ha anclado su yate de 100 millones de dólares en la Bahía de Manhasset en Long Island. Se trata de un viaje de aproximadamente 30 minutos para verla jugar en la pista Arthur Ashe», explicaba en la previa del encuentro Joe Pampliano, una de las figuras más relevantes en Estados Unidos sobre el plano comercial del deporte, cuyas publicaciones sobre los Pegula han alcanzado millones de visualizaciones y cientos de comentarios.

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