Hay dos formas de ver el vaso para Jonas Vingegaard (28 años) medio lleno, sabiendo que ya el único rival para ganar La Vuelta es Vingegaard una vez que corredores como Pidcock, que le puso al límite en Bilbao, ya queda fuera de la lucha, o medio vacío, ya que el danés tenía el deseo, como repitió en días anteriores, de ganar en el Angliru y dar un golpe de efecto a la carrera.
No pudo al encontrarse con un excelso Almeida que, durante gran parte del puerto, fue en cabeza y así cruzó la línea de meta con Vingegaard segundo, como ya le ocurrió en 2023 tras su compañero Primoz Roglic. “Estoy un poco decepcionado por no ganar la etapa, especialmente por mi equipo y por mi familia (en los días previos fue el cumpleaños de su hijo y quería dedicarle la victoria). Me da pena también no poder rematar por el gran trabajo que hicieron (en el Visma) durante todo el día, incluido en la subida final”, añadió el doble ganador del Tour de Francia que cuenta con una renta de 46” respecto a Almeida.
PEPE ANDRES
“Claro que me hubiera encantado ganar, pero también estoy contento por haber podido seguir la rueda de Almeida. También es cierto que ahora el resto de rivales están más lejos y solo tendremos que centrarnos, principalmente, en uno de ellos. Todavía queda mucha carrera con etapas muy difíciles por el camino”, añadió un Vingegaard que se presentó en la salida de Cabezón de la Sal sin el bigote que mostró en las jornadas previas. “Nunca me importa la opinión de la gente, pero sí de una persona y ella me dijo que mejor así”, añadió con humor Vingegaard haciendo referencia a su mujer. Jonas sigue siendo el rival a batir.
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