La cantante francesa Zaz regresa este jueves al escenario flotante del Festival Pirineos Sur con su característico cóctel musical de chanson française, jazz, pop y sonidos del mundo. Tras triunfar en Europa con éxitos como Je veux, la artista vuelve a este enclave que, según recuerda con una sonrisa, marcó un momento especial: “Recuerdo muy bien la última vez que estuve. Mi familia me acompañó. No sé si era por el concierto o por no perderse ese lugar increíble”.

La conexión de Zaz con Pirineos Sur va más allá del entorno natural: la multiculturalidad que define al festival también forma parte de su identidad artística. “Este sitio tiene todo lo que me gusta. Me encanta que podamos descubrir cosas distintas y que no se enfrenten entre sí, sino que se sumen unas a otras”.

Cuando se le pregunta por su sonido actual, Zaz admite que sigue siendo difícil de definir. “Hay jazz, hay pop, hay chanson francesa porque canto en francés. también hay influencias latinas. Me inspiro en músicas del mundo”, resume. En su último trabajo ha buscado nuevos caminos: “Profundicé más en las investigaciones y en las texturas. Es una mezcla de muchas cosas, sostenida por temas que son importantes para mí”.

El público de Pirineos Sur podrá escuchar parte de ese nuevo álbum, que se publicará en septiembre. “He hecho una buena mezcla entre canciones antiguas y esos éxitos que no puedo dejar de cantar, pero combinados con temas nuevos”, adelanta. Sobre el proceso creativo, destaca su búsqueda por lograr “la intención justa para cada tema y cada letra”, así como la diversión que ha sentido al experimentar con su voz: “He intentado matizar más mi voz, usar diferentes colores. Me divertí mucho con este disco”.

Después de más de una década de carrera internacional, lo que sigue emocionándola es el público. “Siempre. Cuanto más me conozco, más me libero de cosas que ya no me sirven en la vida”, confiesa. Esa transformación interior ha cambiado su forma de vivir los conciertos.

“Antes solo daba, y de algún modo, con cierta urgencia. Ahora recibo también, y por eso siento la energía del público de una forma más fuerte, más consciente. Sé recibir mejor. Y por eso disfruto más”. Su vínculo con España ha sido fuerte desde el principio.

“Desde que empecé a dar conciertos, me llegaron muchísimas propuestas. Incluso hicimos giras completas. Siento mucho amor. Son mis hermanos y hermanas”, afirma. Además, revela una conexión íntima: “Tengo recuerdos de infancia en España. Me recuerda a cosas de cuando era niña”. El repertorio en sus conciertos se elabora cuidadosamente, buscando un equilibrio entre dinamismo y coherencia.

“A veces hacemos guiños dependiendo del lugar donde estemos. Tengo 10.000 ideas y me gustaría hacer mucho más, pero trabajar el repertorio ya me lleva bastante”, comenta entre risas. Aunque reconoce que, una vez diseñada la puesta en escena, “cambia poco”.