Clara Molla Pagán

05/09/2025


Actualizado 06/09/2025 a las 04:45h.

Los crímenes han vuelto a llamar a la puerta del Arconia, pero esta vez los pasillos del icónico edificio no serán el único escenario donde Charles, Oliver y Mabel intenten desentrañar un nuevo misterio en ‘Solo asesinatos en el edificio’. Después de haber llevado su curiosidad a Broadway y de cruzar la calle para adentrarse en la vida secreta del edificio vecino, la pandilla más querida del ‘true crime’ actual se enfrenta en la nueva temporada a un enemigo mucho más oscuro y poderoso: la mafia neoyorquina. Entre restaurantes de Little Italy, callejones de Manhattan y el eco de una ciudad que nunca duerme, la nueva temporada de ‘Solo asesinatos en el edificio’ promete elevar las apuestas a un nivel nunca antes visto. Lo que comenzó como un simple pódcast amateur se transforma en este nuevo crimen que llega este domingo a Disney+ en una espiral de secretos, traiciones y silencios incómodos que ponen en jaque no solo su ingenio, sino también la seguridad de los tres.

Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez llevan a sus espaldas, con este caso, cinco crímenes, pero la química sigue siendo la misma que el primer día. «Simplemente ocurre. Nunca decimos ‘sé gracioso’, ‘sé esto’ o ‘sé serio’. Simplemente hemos desarrollado una especie de compenetración o forma de relacionarnos entre nosotros como personajes», reconoce Steve Martin, que tenía muy claro desde el principio, como creador, el tipo de rol que buscaba. «Si vamos a actuar necesitamos a alguien que sea gracioso, a alguien que sea elegante y a alguien que sea un poco aburrido. Es difícil saber quién es cada uno, pero de alguna manera funciona», asegura Martin Short. «Cielos, deberían tener una categoría en los Emmy para los aburridos», suelta Steve entre risas, como si ya se viera preparando el discurso de agradecimiento. Ya en ‘¡Tres Amigos!’ o ‘El padre de la novia’ Steve Martin y Martin Short habían demostrado esa complicidad, cuando uno ejercía de padre en apuros y el otro de ‘wedding planner’ imposible; lo único que ha cambiado ahora es que los ramos de flores han sido sustituidos por escenas de crimen.

Plantear una amistad entre dos generaciones tan distintas, con personalidades arrolladoras como las de Charles, Oliver y Mabel, podía salir o muy bien o no tanto. Pero lo cierto es que la química entre ambos traspasa la pantalla y Selena Gomez reconoce que es gracias a la forma que tienen de trabajar. «Somos puntuales. Siempre queremos asegurarnos de que el ambiente en el plató sea distendido y que todo el mundo se lo pase bien. Y creo que eso es algo que llevaré conmigo durante mucho tiempo, porque espero poder aportar esa misma alegría a todos los platós», asegura con serenidad.

Los tres actores han visto en la ficción cómo los asesinatos no solo les rodean, sino que sienten una irresistible atracción hacia ellos para investigarlos y contarlos en su pódcast. Cada temporada, con un caso distinto, trata de dar un salto de calidad, algo que tiene en cuenta Martin: «Todos los años vivimos esa cierta presión por estar a la altura. Queremos ser tan buenos como el año pasado. Pero realmente depende de los guionistas y de John Hoffman, nuestro guionista jefe. Simplemente intentas igualarte a ti mismo con una variante, con una historia interesante. E intentamos cumplir y añadir nuestros pequeños detalles a las actuaciones que alegran el día, supongo», señala, consciente de que en esta serie hasta los silencios pueden ser cómicos.

Es complicado superar el crimen anterior con otro mejor, pero también es difícil aguantar la risa con las escenas de Martin Short y Steve Martin. «A veces no puedo contenerme. De hecho, han tenido que usar una toma en la que me río porque no podía parar de reír. Así que, sí, creo que a veces es muy difícil cuando nos da la risa tonta durante unos 30 minutos y empezamos a reírnos unos de otros, pero luego podemos volver a concentrarnos», asegura Selena Gomez, que comprende a la perfección el humor de ambos. «Reconozco que tengo un problema: si empiezo a reírme, no puedo controlarme», asegura Steve, que convierte cada carcajada en un gag improvisado. Para combatir este asunto, utiliza un pequeño «truco de actor» en el que se pregunta: «¿Cómo sería yo si esto estuviera pasando de verdad?». «Es como cuando un actor dice de repente: «Soy un actor en esto. Es real y no soy solo un actor idiota que se ríe», añade Steve Martin, con la seriedad impostada de quien sabe que en cinco minutos volverá a romper el personaje.

IA y guerras nucleares

Con la veteranía y larga carrera tanto de Martin como de Short, ¿un artista sigue teniendo retos a los que enfrentarse en cada proyecto? «Si eres actor, cada día es un nuevo reto. No creo que haya un solo obstáculo. Creo que cada día se basa en cómo hacer que esta escena sea lo mejor posible», asegura Short, como si estuviera ensayando su próxima escena en el Arconia. Para Martin, la diversión y el objetivo al mismo tiempo es ser creativo: «Es como si nunca dijeras: ‘Oh, sé cómo hacer esto’. Y cada vez que dices ‘sé cómo hacer esto’, cuando llegas allí, te das cuenta de que lo estás haciendo de forma diferente a como pensabas. Es un negocio creativo en el que estamos y es divertido ser creativo», afirma, convencido de que el reto es precisamente no confiarse nunca.

Más allá de tener o no trabajo o de una posible guerra nuclear, indica Martin Short, los ojos están puestos ahora mismo en la inteligencia artificial. «Ha influido sin duda en el diseño, ya sabes, en los carteles. Ahora ya puedes hacer un cartel en dos segundos, mientras que antes tenías que contratar a alguien», asegura el actor. Steve Martin pone el foco en la industria. «El negocio está un poco de capa caída, ya sabes, vas a los estudios Paramount y no hay actividad. Antes era como en las películas, con camiones yendo de un lado a otro, bailarines, gorilas y todo eso. Bueno, ya no es así. Es una situación muy común, las producciones se están extendiendo por todo el mundo. Y, sin embargo, mires donde mires, hay una película. Dicen que la producción está en declive y, sin embargo, todo lo que hay en la televisión, todo es una película», añade. Hollywood podrá vaciarse de camiones y gorilas, pero el Arconia nunca se queda sin asesinatos. Y eso, en televisión, siempre es trabajo.

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