El aeropuerto de Bilbao ha declarado la guerra a los conductores que paran o estacionan en la zona de Llegadas de manera irregular y no … utilizan ni el aparcamiento principal ni el express, entorpeciendo el tránsito del resto de vehículos. Desde esta semana, ‘La Paloma’ cuenta con dos carriles menos en los accesos al área donde los pasajeros que acaban de aterrizar y salen a la calle son recogidos por familiares o amigos.

El aeródromo ha aprovechado el espacio que ha reducido en la calzada para ampliar el parking express, que pasa de 38 a 56 plazas. La idea es que todo el mundo que llegue en coche para recoger a alguien se dirija a un estacionamiento regulado si va a realizar una espera, incluso si ésta resulta breve. De esta forma, el aeropuerto confía en acabar definitivamente con el recurrente caos circulatorio que se produce en el exterior del edificio diseñado por Santiago Calatrava.

¿Cómo era la situación hasta ahora? Aunque también estaba prohibido dejar el coche, la existencia de cuatro carriles hacía que los automóviles se detuvieran provocando una doble e, incluso, triple fila. No era extraño ver a multitud de turismos con los intermitentes dados, invadiendo los carriles reservados en exclusiva para la circulación y dificultando igualmente la salida de otros automóviles o autobuses.

¿Qué pasa desde esta misma semana? De estos cuatro carriles se ha pasado a dos. El primero de ellos, el más próximo a la terminal, se ha pintado con una línea zigzagueante amarilla, con el indicativo de reserva para los autobuses. Una señal de no estacionar con aviso de grúa refuerza la prohibición. Ayer por la mañana, mientras se hacía este reportaje, multitud de conductores se estaban saltando la norma. Pero es verdad que, al menos, no había doble fila y no se observaron obstáculos a la circulación.

Hasta la fecha era frecuente ver a coches en doble y hasta en triple fila. Ahora será imposible.

Lo que va a pasar en la práctica es que cuando haya autocares, los coches ya no van a poder parar y la doble fila será imposible porque se bloquearía el tráfico de manera total, incurriendo en una falta grave. La solución más razonable parece entonces entrar en el parking express para aguardar la llegada de la persona a la que se quiere recoger.

Estado anterior de la zona de llegadas, con tres carriles y uno más para autobuses.

Estado anterior de la zona de llegadas, con tres carriles y uno más para autobuses.

El aeropuerto quiere incentivar esta opción. Para ello ha ampliado de manera notable las plazas del estacionamiento temporal, pasando de 38 a 56 (un incremento del 47%). También ha mejorado los accesos y la experiencia para los usuarios, pintando un itinerario peatonal, por ejemplo. No obstante, es una solución de pago. En este caso no se ha optado por un sistema ‘kiss and go’ (‘besar y marchar’) como en su día se hizo en Salidas, donde los conductores disponen actualmente de un aparcamiento que, como cortesía, es gratuito durante los 10 primeros minutos. Esta mecánica está dando muy buenos resultados en la parte alta de ‘La Paloma’. La zona a donde los pasajeros llegan para coger un vuelo está ordenada, los estacionamientos son muy breves (para no tener que pasar por caja) y no hay problemas como sucedía antes, cuando había coches que se tiraban muchísimo más tiempo del necesario para despedir a un familiar.

Solución de pago

Por el contrario, el parking express de Llegadas es de pago y no parece que vaya a haber cambios. En concreto, el cliente está obligado a abonar 0,56 euros el primer minuto. A partir de ahí, el coste por cada 60 segundos adicionales es de 13 céntimos. Es decir, si uno acude a reencontrarse con un allegado que viene de viaje y aguarda 10 minutos, la factura final será de 1,75 euros. Este estacionamiento puede utilizarse durante el tiempo que se quiera, siendo el coste máximo 66 euros por día completo.

Los cambios que han entrado en vigor esta semana son justificados por el aeropuerto por la necesidad de «mejorar la fluidez del tráfico» en la zona, así como también se valora el aumento de la capacidad de estacionamiento (hay que recordar que la ampliación del parking principal está todavía pendiente y durante la celebración de la final de la Europa League, en mayo pasado, el estacionamiento se saturó). Por último, el aeródromo también destaca que se ha podido renovar el alumbrado y los autobuses cuentan ahora con un carril de parada más amplio que el que había antes, «lo que facilita la bajada y recogida de pasajeros». Las obras ejecutadas han supuesto una inversión de 208.000 euros y han sido ejecutadas por la empresa Campezo Obras y Servicios, la única que se presentó al concurso.

Con respecto a estos cambios, algunos taxistas expresaban ayer un nuevo temor: que se agudice el problema de los coches que se detienen de manera totalmente ilegal en la zona derecha de los accesos al aeropuerto, donde está situada ahora la entrada al parking descubierto de bajo coste. Estos profesionales llevan tiempo reclamando mano dura contra los vehículos que allí estacionan, a la espera de recoger a familiares. Se suele montar una fila de turismos de varios cientos de metros (sobre todo a última hora de la tarde) lo que dificulta el trasiego de los taxis y pone en peligro «a todos los usuarios de la vía».

La vigilancia de estos accesos, así como de la zona de Llegadas le corresponde a la Ertzaintza, que cuenta con las competencias de seguridad y tráfico en la parte exterior de la terminal. La Guardia Civil solo puede actuar en el lado restringido del aeropuerto (una vez que se atraviesa el filtro de seguridad). Además, el aeropuerto dispone de una grúa que puede llevarse los vehículos infractores.