La inmobiliaria de alto standing Neptunus International ha decidido echar el cierre a su sede en Mallorca apenas tres años después de desembarcar en la isla con grandes ambiciones. La decisión no responde a una quiebra, como apuntaban algunos rumores en el sector, sino a un relevo generacional dentro de la familia propietaria, con sede en Berlín.

Según ha explicado la gestoría Servycon, que representa a la compañía en la isla, a Mallorca Zeitung, del mismo grupo editor que Diario de Mallorca, el fundador Martin Gerl, de 78 años, ha optado por traspasar las riendas del negocio a sus hijos en Alemania. Allí el grupo mantiene varias divisiones, entre ellas la inmobiliaria. Uno de sus hijos, Martin Gerl junior, había dirigido la oficina de Palma hasta ahora, pero seguir con la aventura mallorquina ya no encajaba en la estrategia empresarial familiar. “Continuar ya no era compatible con los objetivos de la compañía en Alemania”, explica una fuente de Servycon.

De grandes planes a un repliegue inesperado

Neptunus International aterrizó en 2020 con fuertes inversiones y un catálogo de propiedades exclusivas: villas de varios millones en zonas como Santanyí o Cas Català, algunas de ellas con más de 600 metros cuadrados construidos y parcelas superiores a los 15.000 metros cuadrados. La firma llegó a manejar más de 500 inmuebles de lujo en cartera y contaba con una plantilla fija de diez empleados, además de varios agentes colaboradores.

La empresa se encontraba, según la gestoría, en plena fase de liquidación desde marzo y espera culminar el proceso a finales de este año. Hasta entonces, la sucursal del Paseo Mallorca, en Palma, sigue abierta y atendiendo a clientes.

Carteles promocionales de la inmobiliaria Neptunus International.

Carteles promocionales de la inmobiliaria Neptunus International. / Johannes Krayer

Despidos y polémicas

No obstante, no todo ha transcurrido sin fricciones. Mientras la gestoría insiste en que los trabajadores fueron informados con tiempo y que los contratos se rescindieron de forma ordenada, una exempleada asegura que los despidos se produjeron “de un día para otro” y que las irregularidades eran frecuentes.

A ello se suma el frustrado intento de abrir una segunda oficina en el Port d’Andratx. Pese a contar aparentemente con todos los permisos, un error del despacho de arquitectos provocó que el Ayuntamiento denegara el uso del local y obligara a la compañía a cesar la actividad en esas instalaciones.

Qué pasará con la cartera de clientes

La sede del Paseo Mallorca, propiedad de la empresa, saldrá a la venta tras la liquidación, mientras que la oficina de Andratx, que era de alquiler, será subarrendada.

Los actuales clientes de Neptunus serán derivados a otra inmobiliaria de la isla, aunque todavía no se ha definido cuál.

Suscríbete para seguir leyendo