Gabriel Moreno

Villaseca de la Sagra

La tarde especial de ‘El Mene’ en Villaseca de la Sagra tuvo un primer capítulo que sirvió como una declaración de intenciones. El primero tuvo tan buenas hechuras como deslucido fue su juego, pero ‘El Mene’ demostró que no vino a jugar, asentando las plantas y tragando con un ejemplar que se quedaba debajo y no regalaba nada. Un puñado de naturales al hilo de la descompuesta embestida del utrero fue lo mejor antes de dejar una estocada trasera.

La segunda actuación de ‘El Mene’ también tuvo la buena esencia lograda con el capote en su primero con un par de verónicas de encaje, pero el novillo tampoco dilucidó un gran comportamiento durante la lidia. Embistió con más nervio que clase por el pitón derecho, lo que aprovechó el maño para lograr varias tandas de buen tono. Por el izquierdo no fue el mismo, protestando más. La espada volvió a quedar trasera, recibiendo una generosa oreja.

‘El Mene’ comenzó su tercera labor con otra muestra de su variedad capotera en un quite por navarras en los medios al serio Montealto, que fue bien picado por Héctor Piña. Tuvo un buen gesto ‘El Mene’ con el sobresaliente Pérez Pinto, rivalizando en un vistoso tercio de quites. Lo vio claro ‘El Mene’ y, sin probaturas, planchó la muleta sobre la diestra para cuajar un caro toreo que fue el cimiento principal de la faena. Al natural todo fue más reposado, volviendo por derecho para rematar una faena importante del maño. El acero, muchas veces enemigo del triunfo, se llevó el premio, siendo compensado con una ovación de consolación por lo realizado.

Volvió ‘El Mene’ a plasmar su gusto capotero con otro ramillete de verónicas frente al cuarto, teniendo otro solidario gesto con Rafael Reyes -segundo sobresaliente- cediéndole el quite. No terminó de definirse el de Montealto pero ‘El Mene’ no dudó y se echó la pañosa a la zurda para dibujar naturales con su sello personal. Lo esperó y enganchó al utrero madrileño para robarle muletazos hasta que se negó a la ligazón. La colocación de la espada fue nefasta, reconociéndolo el propio novillero.

El quinto capítulo, de nombre ‘Farolero’, levantó una gran ovación por su imponente estampa -de toro con toda su barba-. ‘El Mene’ quiso levantar la tarde y encontró respuesta en la buena condición del utrero. Lo apretó en las primeras series en correspondencia al calado que estas tuvieron en los tendidos y eso provocó que el novillo comenzara a perder motor, aprovechando la poca clase que le quedaba para gustarse otra vez con un final lleno de adornos. Esta vez logró cosechar una media estocada, suficiente para cortar una oreja.

No se tuvo que jugar la puerta grande en su última bala de ‘El Mene’, otro serio ejemplar de Montealto que dejó una interesante primera vara y que no dio facilidades en la lidia. Sin la necesidad de jugársela y con la salida a hombros asegurada, construyó la faena más sincera y entregada de la tarde en cuanto a la exposición de la misma. Le obligó al novillo con la única finalidad de redondear su gesta y, tras una estocada contraria, logró arrancarle una oreja que consolidó la dimensión de toda su tarde.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Villaseca de la Sagra (Toledo). Dos tercios de entrada. Novillos de Montealto, muy bien presentados y de juego variado en su conjunto. Un encierro que destacó por su movilidad y los pequeños destellos de calidad que tuvo en la muleta, destacando al tercero que fue el ejemplar más completo de la novillada.

Iker Fernández ‘El Mene’ (de tabaco y oro) -en solitario-, silencio, oreja, ovación tras aviso, silencio, oreja y oreja.

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