“Para seguir trabajando y estar más seguro, Saher Alghorra se ha tenido que quitar el chaleco que le identificaba como ‘prensa’, ya que no le asegura nada, al contrario”, refiere Laura Aruallan en el festival Visa pour l’Image en Perpiñán. Es la representante del fotógrafo palestino que cubre la guerra en Gaza. Tras documentar el genocidio –según la Corte Penal Internacional de La Haya– que está perpetrando el ejército israelí en la franja de Gaza, ganó reconocimientos y premios (Visa d’Or humanitario del comité internacional de la Cruz Roja). En la actualidad colabora con The New York Times. “Subir a la azotea de un hospital para tener cobertura y mandar fotos también tiene su riesgo, eres un objetivo”, recuerda Aruallan, que ha trabajado en Cisjordania para medios franceses.
Según el último dato del Comité de Protección de Periodistas de esta semana, en Gaza han muerto 273 periodistas y fotoperiodistas en los últimos 23 meses. Es la mayor cifra desde que se tienen datos en conflictos bélicos. “En la guerra de Vietnam, por ejemplo, hubo 123 muertes. Gaza es un desastre”, asegura J.F. Leroy, creador y director del festival. “Por cierto –añade en conversación con La Vanguardia –, durante la guerra de Vietnam estabas con Estados Unidos o con el Viet Cong, no en medio; no puedes ser objetivo, pero puedes ser honesto”.
“La objetividad es la primera palabra que deberíamos eliminar del folklore periodístico. Deberíamos tender hacia la honestidad”, aseguraba con firmeza Leroy en la inauguración del festival el 30 de agosto.
Barcos sin agua. Restos de un navío en el mar de Aral, en Kazajistán, lejos de donde llegaban las aguas
Anush Babajanyan
A su lado estaba el alcalde de la capital de la región de Pirineos Orientales, Louis Aliot, del partido ultra Reagrupamiento Nacional, que el año pasado no quiso entregar un Visa d’Or a un fotógrafo por ser palestino. Este año ha contraprogamado las exposiciones del Visa pour l’Image con una sola dentro del Ayuntamiento, Israel: las masacres del 7 de octubre del 2023 , por Maël Benoliel, con un subtítulo: “El antisemitismo no es una opinión, es un delito”.
“Mientras el alcalde respete mi selección, ya está. Si no interfiere en mi programa, nada que decir. Muchos quieren crear polémica… pero no la habrá. Él ha hecho lo que ha querido y yo también. Soy totalmente libre con mis patrocinadores, políticos…”, zanja Leroy.
En el Couvent des Minimes, la fotógrafa de AP Julia Demaree Nikhinson expone La elección de una nación (EE.UU.). “Cuando Trump mira, mira intensamente, sabe dónde mirar y cómo mirar”, declara Demaree, autora de la icónica fotografía en la que el ala del sombrero de Melania impide al presidente darle un beso.
Morir en compañía. La gorila de montaña Ndakasi abrazándose a su cuidador en sus últimas horas en Congo
Brent Stirton
En una conferencia sobre inteligencia artificial e imagen, el vicedirector de fotografía de The Washington Post, Olivier Laurent, se pregunta hasta dónde puede llegar la IA y revela que en su diario se está dando “un debate intenso sobre si usar la IA y cómo”.
Según la ONU, el mundo cuenta con 8.200 millones de personas y el norteamericano George Steinmetz propone Alimentar el planeta, con imágenes tomadas con aeroplaneadores y drones en 50 países que ha pisado y sobrevolado en los últimos siete años.
Leroy concluye: “No me pregunten por el festival en el futuro… Disfruten de esta edición, que es top , y ya veremos qué pasa más adelante. Pero el fotoperiodismo lo necesitamos siempre, aunque a veces no cambia tanto las cosas como quisiéramos”.