La última vez que Donald Trump estuvo en el Abierto de Estados Unidos, un par de meses después de lanzar en 2015 su carrera a la presidencia y cuando las hermanas Venus y Serena Williams luchaban en unos cuartos de final, el abucheo que se escuchó en la Arthur Ashe cuando las pantallas gigantes lo mostraron sentado con Melania Trump fue considerable. Trump pudo nacer hace 79 años en el barrio de Queens, no muy lejos de las pistas de Flushing Meadows que acogen el centro Nacional de Tenis Billie Jean King, pero aquella pitada le recordaba que no era un vecino demasiado querido por muchos neoyorquinos.
Este domingo, Trump vuelve al grande estadounidense, donde antes de su entrada en política era un habitual. Lo hace para la final que enfrenta a Carlos Alcaraz con Jannik Sinner. Ahora es presidente. Y aunque puede que haya ganado favor (y votos) entre muchos de los asistentes, la organización del torneo no quiere arriesgarse a que la imagen que vea el mundo sea una de rechazo como la de hace 10 años.
En un mensaje enviado a las cadenas con derechos de retransmisión por la Asociación de Tenis de EEUU (USTA por sus siglas en inglés) se ha solicitado a las televisiones que censuren cualquier protesta o reacción a la presencia de Trump. ‘Bounces’, el blog de tenis del periodista Ben Rothenberg, fue el primero en tener acceso al correo electrónico interno y publicar la información.
En las pantallas durante el himno
Los esfuerzos de la USTA no se limitan a esa petición de censura (aunque la organización no usa ese término y un portavoz ha recordado que la petición a las televisiones de no mostrar altercados que suceden fuera de la pista es común). Su plan para este domingo, según explica el correo, es proyectar en las pantallas gigantes tanto del estadio como en las exteriores la imagen de Trump conforme se está interpretando el himno nacional de Estados Unidos, en la ceremonia previa al comienzo del partido.
Esa es una forma de reducir considerablemente ya las opciones de protesta, porque en EEUU, un país que se precia de patriotismo y respeto a los símbolos nacionales, es difícil pensar en que muchos profieran abucheos o silben cuando está sonando el himno.
Invitado de Rolex
Trump, que en su segundo mandato está intensificando su presencia en acontecimientos deportivos destacados, y ha asistido desde a la Super Bowl hasta a la final del mundial de Clubes de la FIFA que se celebró en julio en Nueva Jersey, no acude al Abierto como invitado de la USTA sino de Rolex, uno de los patrocinadores del torneo.
La compañía de relojes suiza, que tiene una suite en Arthur Ashe (como tuvo el propio Trump durante años cuando era empresario inmobiliario y estrella de la televisión realidad), es desde 2022 una de las empresas con las que tiene un contrato de patrocinio Alcaraz.
El tenista español el viernes fue preguntado por la visita del mandatario y dijo que “para todos los torneos es un privilegio tener el presidente de un país apoyando, el torneo, apoyando el partido, apoyando el tenis”.
El republicano, que ha hecho eje de política populista y nacionalista el “Estados Unidos primero”, ha optado por estar este domingo en la final masculina entre un español y un italiano. El sábado en la final femenina podía haber visto en persona a una estadounidense, Amanda Anisimova, que cayó ante Aryna Sabalenka.
Seguridad
La visita del Trump, que en la campaña presidencial del año pasado sufrió dos intentos de asesinato, incluyendo uno donde una bala le rozó la oreja, representa también un incremento considerable de las medidas de seguridad que va a tener que tomar el Abierto de EEUU, tanto dentro de Arthur Ashe, un estadio gigante con capacidad para mas de 23.000 personas, como en el acceso a todo el Centro Nacional de Tenis.
En un mensaje a los medios acreditados, que se envió tres veces en 12 horas, se recordó ese incremento en las medidas de seguridad, que incluye controles reforzados de cada bolsa que entra en el centro de tenis. En los accesos al estadio, además, se avisaba de que habría controles del estilo de los de un aeropuerto. A los periodistas se les sugería dejar el equipamiento desde la víspera en un locker en la sala de prensa.
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