La exhibición del museo italiano.La exhibición del museo italiano. (Redes sociales)

Ir a un museo con niños suele ser una experiencia agridulce: al padre le puede hacer ilusión explicarle las bondades del Jardín de las Delicias, pero el hijo puede mostrarse más interesado por la cafetería del Museo del Prado; además, están los guardias de seguridad, que suelen fijar sus ojos en los menores para asegurarse de que no hagan nada de lo que luego se arrepientan sus padres descuidados, lo que —para los padres conscientes de esta vigilancia— añade incomodidad al paseo. Y sin embargo, esta vigilancia nunca está de más, como acaba de demostrar este suceso en Italia.

El episodio ha ocurrido esta semana en la Galería Orler de Jesolo, durante una jornada de alta afluencia. Según ha contado la prensa italiana, una niña de cinco años se escapó durante unos momentos de la vigilancia materna y se sintió atraída por un lienzo del artista Enrico Castellani, estimado en cerca de 200.000 euros, en el que vio “una hoja en blanco sobre la que garabatear”. Para alcanzar el cuadro, la niña trepó sobre ‘Atenea dorada’, una escultura de oro de 24 quilates del artista Carlo Pecorelli, con la forma de una araña y valorada en unos 30.000 euros. Debido a su peso, rompió una de sus patas, pero tuvo el tiempo suficiente para dibujar sobre el cuadro. A pesar de que entonces intervino el personal de seguridad, el daño tanto al lienzo como a la escultura ya estaba hecho, según recoge la información transmitida por Corriere della Sera.

El propio Carlo Pecorelli ha opinado sobre lo ocurrido, señalando la dificultad de prever incidentes de este tipo: “En todas las exposiciones, grandes o pequeñas, y sea cual sea el valor de la obra, se requiere mucha prudencia y sistemas de prevención adecuados, como vitrinas y sensores”. El artista explicó que la reparación de la escultura requerirá intervención especializada: “Debe ser reparada, soldada, pulida y devuelta a la doradura de 24 quilates. Son operaciones que no puedo realizar yo mismo, sino que deben ser confiadas a una empresa especializada”. Además, reconoció que la situación podría haber ocasionado daños de mayor gravedad, dado que junto a la pieza de Castellani se exhibía otra obra de Alighiero Boetti, con un valor conjunto estimado en medio millón de euros. Según el artista, “desafortunadamente, a pesar de toda nuestra prudencia, estas cosas pasan. Son incidentes raros, pero ocurren”.

Uno de los hallazgos arqueológicos más importantes a nivel estatal.

Desde la galería, los responsables han anunciado medidas para reforzar la vigilancia y han acordado con la familia involucrada una indemnización cuyo monto no ha sido divulgado. Frente al incidente, Pecorelli contextualizó el significado de la escultura afectada: “La obra ‘Atenea Dorada’ representa una araña porque es un animal objeto de varias interpretaciones según la cultura de referencia, desde la clave psicoanalítica hasta la místico-religiosa. Para mí es un ser generador de vida, la Madre creadora que determina el destino a través de lo que nace de Ella”.

El seguro asumirá la reparación de la pieza dañada, que será reemplazada temporalmente por una similar en la exposición. Los sistemas de protección de la Galería Orler, diseñados para frenar robos y actos vandálicos, no contemplaban un acto tan inesperado.