Texto de análisis
07 sep 2025 . Actualizado a las 12:57 h.

Primera derrota en la temporada del Real Sporting de Gijón en su visita a Riazor en un encuentro con diversas connotaciones tácticas en clave rojiblanca que tuvieron una marcada influencia en el desarrollo del partido. Al margen de esto, una acción a balón parado terminó decantando el marcador en el último suspiro, con posibilidad de que el duelo hubiera caído hacia cualquier lado. Analizamos el desempeño de los de Asier Garitano a partir de 4 claves tácticas destacadas:

Plan inicial ajustado al rival

Garitano sorprendió con el once al juntar por primera vez en la temporada a Kevin Vázquez y Guille Rosas en una misma alineación, formando un doble lateral. Sin embargo, a nivel de estructura no hubo una gran novedad, con Guille incluso teniendo que ir muy alto en la presión sobre Escudero por el atrevimiento del equipo a la hora de dificultar los primeros pases deportivistas. Fue esa vocación ofensiva del lateral, unida a la presencia de Yeremay en ese costado y las caídas en asociación de Mario Soriano lo que propició que el técnico rojiblanco reforzase ese sector. Una elección de perfiles que a su vez permitía al equipo reordenarse en una línea de 5 más marcada en las ocasiones que Yeremay abandonaba su banda natural, con la libertad absoluta de movimientos que le da Antonio Hidalgo, ocasión en la que Escudero ganaba altura y en la que el Deportivo trataba de generar superioridades numéricas en otras zonas del campo, dependiendo dónde se ubicara su ’10’. Con Guille como carrilero, pendiente del lateral rival, y la defensa baculada reduciendo los espacios en intervalos, las ayudas de los 3 centrales -al sumar a Kevin- estaban más próximas, y así el Sporting se protegía en ese contexto concreto, estando igualmente sólido con el sistema de partida, con el gijonés tapando línea de pase y avance y las ayudas de Corredera por la zona cuando era necesario.

Modificación de perfiles al descanso ante las dificultades para salir

Un plan inicial que funcionó bien sin balón, pero que dejó mucho a deber con el control del cuero. Al Sporting le costaba progresar desde la asociación, sin continuidad tampoco en las segundas acciones tras envío directo. Esto propició que Garitano optase por alterar ese plan inicial, manteniendo el sistema, en definitiva, pero modificando los perfiles para favorecer el dar un paso adelante con balón entendiendo que con un buen trabajo en las ayudas sobre todo por fuera se conseguiría mantener el control sobre esas superioridades que buscaba el Dépor, especialmente a partir de Yeremay. El partido se abrió, indudablemente. El Sporting ofreció una mejor cara con balón, aunque en fase defensiva también se mostró más vulnerable con el paso de los minutos. La lógica -esta vez sí- iba respondiendo a los movimientos de los técnicos sobre el tablero. Igualmente, el volumen de llegadas a área rival siguió siendo escaso, aunque se mejorase.











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Dani Souto









Falta de continuidad en las transiciones

Uno de los principales recursos ofensivos del Sporting de Garitano esta temporada pasa por las transiciones defensa-ataque. En un partido como este específicamente, con tanto control de balón por parte del equipo rival, cobra todavía mayor importancia este aspecto del juego para tratar de hacer daño al adversario. Sin embargo, en esta ocasión los rojiblancos estuvieron muy lejos de ofrecer su mejor versión. Los conatos de contragolpe no encontraban la continuidad mínima necesaria con balón controlado, sin acompañar debidamente este tipo de acciones al que conduce el esférico, con Gelabert como referencia en este sentido, o directamente sin la precisión técnica o el entendimiento colectivo como para ser lo suficientemente verticales y fluidos que requieren estas jugadas. Un motivo más, y de peso, que explican la falta de generación de ocasiones claras de gol en el grueso del partido.

Solidez defensiva, pero no plena

En la cuestión de la defensa posicional y del área, a pesar de las diferentes y pronunciadas fases que tuvo el partido marcadas por las elecciones tácticas desde el banquillo, el Sporting estuvo mayormente correcto. La pareja de centrales volvió a ser contundente en la defensa al primer palo, y en la defensa del punto de penalti por alto también se fue eficaz. Dado el talento individual del Deportivo, terminar reduciendo las acciones claras de los herculinos a apenas un par de llegadas por desequilibrio de sus extremos es algo positivo. Sin embargo, en una defensa que no fue perfecta, terminó siendo vulnerable en el peor momento, con una jugada que serviría para reflejar en el marcador el único gol del encuentro en una acción mal defendida y dando al traste con todo el trabajo hecho hasta ese momento y, lo más importante, el resultado. Para colmo, sin tiempo de reacción.

Los cambios

Gaspar por Rosas. Modificación relevante en lo colectivo por el cambio de perfil, ya analizado en una de las claves. A nivel individual Gaspar no terminó de ser un plus en ofensiva como se esperaba. El equipo sí mostró mejor cara, pero también fue más vulnerable. No es un cambio que a nivel táctico diera más de lo que quitó.

Diego y Mbemba por Pablo y Nacho. Cambio de perfil en el lateral para compensar el hecho de darse un partido más abierto, estando más protegido, y la otra modificación obligada por lesión tras una dura entrada de Yeremay. A título individual pudo sorprender, pero por perfil Garitano lo entendió más propicio que Smith.

Smith y Queipo por Gelabert y Otero. Cansancio y tarjetas, así lo justificó el propio Garitano en rueda de prensa. Así como la intención de atacar en velocidad la espalda de la nueva pareja de centrales del Dépor tras los cambios, ubicando en esa zona a Dubasin y por ello dando entrada a Queipo en lugar de un punta referencia. Smith salió para sumar centímetros a balón parado y suya era la marca del rival que hace el gol. Cosas del fútbol.











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Alejandro Vigil Morán









Nota a Asier Garitano y el resto del cuerpo técnico

Insuficiente. El plan de inicio pudo sorprender, pero a nivel defensivo fue acertado para saber contener el peligro ofensivo del Deportivo. Sin embargo, con balón dejó a deber. Garitano estuvo rápido para tratar de solventar esto yendo hacia una elección de perfiles más reconocible. Conseguir lo consiguió, pero el efecto con balón no fue tanto como se deseaba, y sin él sí se llegó a notar más de lo que hubieran querido. En definitiva, elecciones bien enfocadas, pero insuficientes para ofrecer una mejor versión de un equipo que, eso sí, no pierde la cara y sigue siendo competitivo. Pero en esta ocasión puede y debe dar más.


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Sporting de Gijón