Numerosas investigaciones han identificado las ‘Zonas Azules’, áreas donde las personas tienden a tener una mayor esperanza de vida. Un factor clave que contribuye a esta longevidad es el sentido de propósito en la vida, según estudios recientes. Este propósito no solo favorece la longevidad, sino que también podría desempeñar un papel crucial en la salud cerebral de las personas a medida que envejecen.
Un estudio innovador realizado por la Universidad de California, Davis, ha revelado que tener un propósito en la vida podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar demencia. Los hallazgos de esta investigación aportan una nueva perspectiva sobre cómo el bienestar psicológico puede influir en el envejecimiento saludable.
Actividades que otorgan propósito
Las actividades que proporcionan un sentido de propósito abarcan diversas áreas de la vida. Pueden incluir el fortalecimiento de relaciones personales, como cuidar a la familia, pasar tiempo con los nietos o brindar apoyo a amigos y cónyuges. También se incluyen el trabajo profesional, el voluntariado, y la participación en causas comunitarias o espirituales.
Además, establecer metas personales, desarrollar nuevos hobbies o habilidades, y realizar actos de bondad y filantropía son formas efectivas de cultivar un propósito en la vida. Estas actividades permiten a los individuos sentirse útiles y conectados con su comunidad, lo que a su vez fortalece su bienestar psicológico.
Impacto en la salud cognitiva
El estudio, publicado en ‘The American Journal of Geriatric Psychiatry’, siguió a más de 13.000 adultos de 45 años o más durante un periodo de hasta 15 años. Los resultados mostraron que quienes tenían un mayor sentido de propósito presentaron un 28% menos de probabilidades de experimentar deterioro cognitivo, incluyendo demencia y deterioro cognitivo leve.
Este efecto protector se observó de manera consistente en diferentes grupos raciales y étnicos, y se mantuvo relevante incluso al considerar factores como la educación, la depresión y el gen APOE4, conocido por su asociación con el Alzheimer. Según Aliza Wingo, profesora principal del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de UC Davis, «Nuestros hallazgos demuestran que tener un sentido de propósito ayuda al cerebro a mantenerse resiliente con la edad».
El retraso en la aparición del deterioro cognitivo fue moderado, con aproximadamente 1,4 meses más de salud cerebral durante ocho años, lo cual es significativo frente a los tratamientos actuales. Nicholas C. Howard, investigador de salud pública en UC Davis, señala que «El propósito en la vida es gratuito, seguro y accesible. Es algo que las personas pueden construir a través de relaciones, metas y actividades significativas».
Aunque el estudio no pudo demostrar una relación de causalidad directa, respalda la idea de que el bienestar psicológico es fundamental para un envejecimiento saludable. Thomas Wingo, coautor del estudio, espera que futuras investigaciones exploren cómo las intervenciones orientadas al propósito pueden contribuir a la prevención de la demencia.
En conclusión, este estudio subraya la importancia de cultivar un propósito en la vida como una estrategia accesible y efectiva para mantener la salud cognitiva en la vejez. «Nunca es demasiado pronto, ni demasiado tarde, para empezar a pensar en lo que le da sentido a la vida», concluye Wingo.