El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha afirmado este domingo que está dispuesto a asumir la «mala propaganda» y el «daño» a la imagen internacional de Israel con tal de lograr la «victoria» en la guerra de Gaza.

Mientras tanto, al menos 83 personas murieron el sábado en la Franja de Gaza por ataques israelíes, entre ellas 31 buscando comida, según el recuento del Ministerio de Sanidad del enclave, que informa a diario de los fallecidos del día anterior.

A pesar de que el recuento de las autoridades sanitarias del enclave -controladas por Hamás- eleva a más de 64.300 los muertos en Gaza por ataques del Ejército de Netanyahu desde que comenzó la guerra, el primer ministro hebreo asevera que prefiere «pagar» el precio «en el ámbito diplomático» antes que acabar con la ofensiva.

Una niña palestina con malnutrición.

«Respecto al daño propagandístico, quiero decir algo: si tengo que elegir entre la victoria sobre nuestros enemigos y la mala propaganda contra nosotros, prefiero la victoria sobre nuestros enemigos, y no lo contrario», han sido sus palabras durante una reunión del Gobierno.

Netanyahu subraya que la mejor salida pasa por «establecer mecanismos completamente nuevos» y «poner fin a la guerra lo antes posible, con la victoria que definimos». Este objetivo es «eliminar a Hamás, devolver a todos los rehenes y garantizar que Gaza no represente una amenaza para Israel«.

Palestinos desplazados se abren paso mientras huyen en medio de una operación militar israelí, en la ciudad de Gaza.

Por su parte, uno de los miembros del buró político de Hamás, Basem Naim, ha defendido este domingo el derecho a «la resistencia y sus armas» del pueblo palestino, y dijo que no lo cederán hasta que no se establezca un Estado palestino con su capital en Jerusalén.

Aumento de la ofensiva en Gaza

Las declaraciones del primer ministro israelí se producen en plena ofensiva del Ejército israelí contra la ciudad de Gaza, la capital de la Franja, donde hasta hace dos semanas se refugiaban cerca de un millón de palestinos, muchos de ellos ya desplazados de otros lugares del enclave.

Este pasado sábado, el Ejército israelí emitió una orden de evacuación en Gaza «debido a una ampliación de la maniobra terrestre» en la capital, e instaba a la población a desplazarse a la ciudad de Jan Yunis aseverando que se ha instalado una «zona humanitaria».

Netanyahu ha afirmado este domingo que más de 100.000 gazatíes han abandonado ya la localidad, sin aportar pruebas, y dijo que el Ejército está acabando con «líderes terroristas críticos» en la ciudad de Gaza, que definió como el «último bastión importante» de Hamás.

Un vehículo blindado de transporte israelí en el lado israelí de la frontera con Gaza.

«Residentes de (ciudad de) Gaza, no presten atención a las afirmaciones de Hamás, aprovechen la oportunidad para trasladarse a la zona humanitaria lo antes posible y únanse a los miles que ya se han trasladado allí en los últimos días y semanas», señalaba el portavoz del Ejército, Avichay Adraee.

Jan Yunis es una zona del enclave que se ha convertido en un enjambre de tiendas de campaña donde los palestinos viven hacinados sin agua y sin luz. Las agencias internacionales que trabajan en el terreno han advertido de que ya no queda espacio.

La guerra del hambre

Entre las decenas de miles de muertos en Gaza, 2.416 han perdido la vida mientras intentaban conseguir alimentos en los puntos de ayuda humanitaria gestionados por la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés) o en las inmediaciones de los puestos militares por donde pasan los pocos camiones que logran entrar con suministros.

Asimismo, 387 palestinos han muerto por causas relacionadas con la desnutrición y el hambre desde el inicio de la guerra, entre ellos 138 niños.

Las muertes por desnutrición en Gaza han aumentado en los últimos meses como consecuencia del bloqueo impuesto por Israel a la entrada de ayuda humanitaria entre marzo y mayo.