Desde hace diez años coordino el Banco de Libros en el instituto donde trabajo: gracias a este servicio, en la Comunidad Valenciana todos los alumnos de centros públicos o concertados, tanto de Primara y ESO (desde 2016-17) como de Bachillerato (desde 2023-24), disponen de libros relativamente “gratuitos”, pues indirectamente los pagan con sus impuestos. En estos días en los que tanto se habla de la carestía de la vuelta al cole constato que los medios apenas informan sobre este servicio –también presente en otras comunidades– que reduce notablemente su coste para las familias. Y más allá de lamentar esta concreta falta de información, lamento que, al silenciarla, se oculte que con el dinero público, en ocasiones, nuestras instituciones democráticas facilitan nuestra vidas.

¿“Solo el pueblo salva al pueblo”? ¡Por supuesto! El pueblo salva al pueblo cuando la gente ayuda a apagar el incendio que cerca su población; pero también cuando, con sus impuestos, hace posible que existan servicios de bomberos forestales, exigiendo a los políticos que realicen una gestión responsable y eficaz del dinero público. Y es este mismo dinero el que también reduce el coste de la vuelta al cole de nuestros hijos: un digno empleo de nuestros impuestos sobre el que la clase política, en vez de dedicarse a descalificar al contrario, debería ser la primera interesada en informar.

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