En la Maryland Classic 2025, Neilson Powless dejó su huella con algo distinto. A 24 kilómetros del final, cuando la carrera se decidía entre una veintena de corredores, el estadounidense del EF Education-EasyPost vivió su propio momento de furia y desesperación: sin asistencia mecánica a la vista y con problemas en su bicicleta, optó por lo único que le quedaba, correr con ella en brazos.

La insólita escena en Maryland

El gesto recordó al instante al legendario episodio de Chris Froome en el Mont Ventoux, cuando en el Tour de Francia 2016 subió corriendo con las calas tras un accidente sin bicicleta. Esta vez, Powless tenía una bici de la organización, pero no la que quería. El coche neutro le ofreció una primera solución, pero la máquina no estaba ajustada a su configuración. Lejos de resignarse, echó a correr, bici en mano. 

El auxilio de su equipo llegó segundos más tarde. La bicicleta de repuesto estaba allí, finalmente, pero el daño estaba hecho: el grupo delantero ya era inalcanzable. 

Powless cruzó la meta en el puesto 18, a más de cinco minutos del grupo ganador, liderado por el francés Sandy Dujardin (TotalEnergies), que se impuso en el sprint a Jonas Abrahamsen (Uno-X Mobility). La Maryland Classic abrió así el telón del bloque norteamericano de clásicas, antes del doblete en Canadá con los GP de Québec y Montréal.