A una semana de que arranque la Liga Nexus Energía Asobal, el Recoletas Atlético Valladolid ya sabe que tendrá que dar una nueva vuelta de tuerca a su proyecto, que afronta consolidado en la elite su décima campaña en la máxima categoría del balonmano nacional masculino. 

Tras coquetear con los puestos de competición europea el año pasado, acabando séptimo, por ahora su mejor clasificación (repetida ya en tres campañas), el objetivo es rearmar un equipo que ha perdido a varias piezas vitales en los últimos años, como los hermanos vallisoletanos Martínez Lobato (Álvaro y Miguel).

«Hemos tenido que volver al inicio y construir los primeros ladrillos desde abajo para que los jugadores nuevos puedan estar a altura poco a poco», decía hace una semana preocupado el entrenador de los gladiadores azules, David Pisonero, consciente de que su sistema necesita tiempo y que los nuevos también.

Salvo Jorge Serrano, que regresa a la que fue su casa tras su paso por la Bundesliga alemana, el resto necesitará ese tiempo que apenas se tiene, con el estreno en la liga ante el Bada Huesca a la vuelta de la esquina. 

El extremo derecho francés Tao Gey-Emparan llegó de Bidasoa para luchar por el puesto con Jorge Serrano; el joven extremo izquierdo, internacional júnior, Álex Díaz, procede del Caserío Ciudad Real y tratará de aprender de la mano de Miguel Camino; el lateral izquierdo rumano Rares Fodorean, que arriba en Valladolid desde Cangas, aportará kilos y fortaleza; algo parecido al joven pivote Guilherme Cabral, que ha militado en el Benfica los últimos años; mientras que el lateral derecho Stepo Jozinovic, que ha militado en el Blendio Sinfín, tratará de explotar en Valladolid.

«Buscamos algo a largo plazo pero el objetivo son los dos primeros puntos ante Huesca y nos planteamos dos vías, la 1ª es la directa de la finalización de partido con los 2 puntos en juego con ciertos jugadores y mucho esquema metido, y la 2ª construcción a largo plazo con jugadores que tienen que dar una liga larga», reconoce un Pisonero que sabe que el puesto de pivote es en el que más tendrá que incidir.

Huerta del Rey fue el año pasado prácticamente inexpugnable, en el que los gladiadores azules cedieron solo una derrota, y en la última jornada, ante el Bathco Torrelavega. Y al vetusto pabellón pucelano se aferran los vallisoletanos. De nuevo con el empuje de la grada (el objetivo de los 1.500 abonados sigue encima de la mesa).

Y, como es habitual, tampoco faltará la apuesta por la cantera, con Fran de Fuentes, los porteros Izan Nicolás y Nico Giráldez (portero), Gonzalo Díez y Adrián Pons ayudando desde la base.