Miércoles, 10 de septiembre 2025, 00:10
Peter, el holandés del Realejo, estaba cansado de la sociedad sobrecivilizada de Holanda, «donde no hay un solo centímetro cuadrado que no haya sido transformado por un ingeniero», y con veinticinco años puso rumbo a Andalucía. «Me instalé en Málaga porque era donde más aviones aterrizaban», dice con inocencia. Tenía dos intenciones: vivir en un país mediterráneo y ganarse el pan como licenciado en Derecho Internacional Público. Lo primero sí lo logró, pero lo segundo no. No consiguió que le homologaran los estudios. «Menos mal que no lo hicieron porque no cambio por nada el campo por un despacho», asegura con alivio. Desde ese momento tenía clarísimo a lo que se dedicaría de mayor. Su ‘modus vivendi’ sería la fusión de sus dos pasiones, la naturaleza y la cámara de fotos.
Las fotos conviven con los jardines.
JORGE PASTOR
Ahora Peter Manschot (Utrecht, 1976) sale en los papeles porque expone un centenar de impresionantes fotografías en el Carmen de la Victoria. Un centenar de ‘fogonazos’ que resumen veinte años de cámara y trípode. Una muestra, que se denomina ‘Flow… and resist!’, recomendable por tres motivos. El primero, porque es un verdadero deleite para los sentidos. El segundo, porque las obras se funden con los árboles y las plantas del Carmen de la Victoria. Y tercero, porque si usted gira la cabeza hacia la colina de la Sabika, se llevará de regalo una espectacular visión de la Alhambra con Sierra Nevada al fondo.
Pero sigamos con la historia de ese muchacho que llegó a Málaga para cambiar su existencia. A los pocos días de poner pie en tierra, cogió su vieja Praktica de la Europa del Este y se fue a capturar las curiosas formas pétreas del Torcal de Antequera, las imponentes paredes calizas y los desfiladeros del Chorro, el cromatismo de la Sierra de Almijara… «Sentí que allí era feliz», confiesa a modo de revelación. «Y sentí, además, que quería compartir mi felicidad con los demás». «¿Y por qué se mudó de Málaga a Granada?», le pregunta el periodista. «Porque siempre quise estar aquí», le responde sin fuegos de artificio. Y aquí sigue y aquí montó su negocio, Al Andalus Photo Tour, donde traslada a sus clientes el amor por la fotografía y la naturaleza. «Hay gente que acude hasta mí sencillamente con ánimo de aprender y otros, los más avanzados, para conocer nuevas localizaciones», explica.
Parte de las fotos están colocadas en la sala de exposiciones.
JORGE PASTOR
Peter organiza expediciones fotográficas por toda España y por países como Islandia. También por la provincia de Granada, cuya geografía se conoce como la palma de su mano. Sus instantáneas de Sierra Nevada o de los Montes Orientales son hipnóticas. Aunque reconoce que el cañón del río Trevélez le resulta especialmente abrumador al igual que el panorama indómito y sobrecogedor del Geoparque de Granada. «Sierra Nevada también me fascina», asevera. Paisajes que no se captan por casualidad, sino con paciencia y cultivando la mirada.
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Lugar
Carmen de la Victoria (Cuesta del Chapiz, 9).
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Fecha
Hasta el 28 de septiembre.
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Horario
Lunes a viernes, de 10.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas. Sábados, de 12.00 a 14.00 horas.
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Visitas guiadas
A las 18.00 horas.
«No hace falta tener una máquina de última generación; lo importante es nuestra forma de ver», dice. Una forma de ver que no está exenta de emoción. «Es clave transmitir lo que sientes al aprehender una cascada, por ejemplo». «No es igual la sensación de fuerza que proporciona una caída de agua cuando congelamos el movimiento disparando a mucha velocidad, que cuando exponemos mucho más lento para lograr el efecto seda, que es más poético», añade.
Los huéspedes y trabajadores del Carmen de la Victoria conviven con las fotos, integradas en los jardines.
JORGE PASTOR
También es fundamental, a juicio de Manschot, una buena planificación. Es básico consultar el tiempo para saber con antelación cómo evolucionarán las nubes y si hay previsión de fenómenos como niebla, calima o nieve. Y también son muy prácticas las aplicaciones que informan sobre la inclinación del Sol o si la luz entra por el poniente o por el levante. A todo ello hay que sumar una buena dosis de calma. «Las prisas son malas consejeras», puntualiza. «¡Ah! y siempre con el trípode, que facilita la estabilidad y aporta tranquilidad».
La exposición está compuesta por un centenar de fotos.
JORGE PASTOR
En ‘Flow… and resist!’ el espectador se deja llevar como si fuera una gota de agua, vuela como una ventisca, se deja caer hacia la Tierra como un rayo de Sol, se desliza hacia el fondo del mar, se escurre por las oscilaciones de los montes… fotografías que son sensaciones y sensaciones que son fotografías. Un viaje por territorios inexplorados que arañan el alma. Un viaje en el que Peter Manschot huye de la primera persona del singular. «Este es un trabajo en equipo, que hubiera sido imposible sin el concurso de mucha gente, especialmente del director del Carmen de la Victoria, José Antonio Herrera, que se ha volcado con este proyecto», señala con gratitud.
Peter Manschot y la Alhambra.
JORGE PASTOR
«La naturaleza –reflexiona– es un gran aliado para que aflore nuestro lado más creativo, proporcionando instantes de paz, de belleza y de profundidad para cambiar nuestra manera de ver». ‘Flow… and resist!’, hasta el día 28 en el Carmen de la Victoria.
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