La polémica se agita. La saga continúa… Sin Alatristes de toledana al cinto, pero sí con espadas en alto. Después de su encontronazo de hace un mes en El Puerto de Santa María, Morante de la Puebla y Roca Rey se ven … las caras esta semana en las arenas, con la palabra afilada de un ‘veto’ negado por el peruano, con el hierro candente de un quite, con el guasón olor a un purito en el aire; con ese «no sé cómo será en tu país», con Perú y España, países hermanos, frente a frente en ese desafío entre las dos grandes figuras que trascienden el albero. Aquí el duelo no es solo de muletazos ni entradas, sino de orgullo y ambiciones. De ese ‘estar mejor que el otro’ que agita el corazón de los toreros. Pero con el paisaje de fondo de la taquilla y el saber que el Cóndor ha sido en la última época el rey de ella y el de mayor caché. Y con Morante, a sus casi treinta años de alternativa, con más tirón que nunca.

Nos acercamos al ecuador de este intensísimo septiembre taurino, donde los carteles de Valladolid y Albacete, en tardes consecutivas, están marcados a fuego como escenarios de esta batalla con los ‘No hay billetes’ ya colgados (en Pucela después de nueve años). Ambos vienen de dos reapariciones: primero, Roca en Palencia, con cuatro orejas y los tendidos aparentemente llenos en la mejor entrada de los últimos tiempos según la empresa; un día después, en Melilla, Morante, con alrededor de tres cuartos de entrada en esa Mezquita que busca posicionarse en el mapa taurino y sin suerte con su lote. Pero no se trata de vencedores ni vencidos, pues son dos toreros necesarios, imprescindibles hoy en la taquilla y en el ruedo.

La polémica viene de lejos: en Granada, un día de lluvia, comenzó todo cuando Roca Rey no salió a supervisar el estado del ruedo (lo hizo su cuadrilla) y Morante le cantó las cuarenta. Y siguió en Pamplona por un toro (ya había pasado en Sevilla). Y explotó en Santander con un supuesto veto. Y ya se torció en el cuarto toro portuense, cuando un «acalorado» Morante entró al callejón después de que le negasen un premio y le recriminó el quite a Roca tras un cuarto puyazo (o picotazo): «Eso se hace después del segundo puyazo, no del cuarto. Aquí no es reglamentario». Pero el quite sí era reglamentario, según confirmó Luque Teruel, presidente de la Maestranza, según el nuevo reglamento andaluz. A este paso, los toreros van a tener que llevar el reglamento bajo el brazo y un Moeckel al lado.

Sin embargo, la respuesta de Roca escoció al maestro con eso de fumarse un «purito despacito». La cámara de Juan Romero, desde un tendido, fue la única en captar aquella secuencia en la que José Antonio apunta con el dedo a Andrés.

El fuego se había encendido realmente en Santander cuando el entorno de Morante habló de veto. Tras un mano a mano fallido con Juan Ortega, el cigarrero -al que Lances de Futuro había planteado dos tardes en la Feria de Santiago, pero optó solo por una- se ofreció a sustituir a Cayetano y torear gratis por una causa benéfica. El de La Puebla cuenta: «La sorpresa fue que cuando se lo dijeron a Roca Rey, él dijo que no. Eso no me gustó». Roca negó en ABC cualquier veto, argumentando que el puesto se lo ganó por derecho propio El Cid –triunfador de la Feria de Santiago y a quien se lo ofreció la empresa– y señaló que esta temporada está anunciado en una docena de carteles con Morante, dos de ellos los próximos de Valladolid y Albacete. La última cita juntos será en Sevilla por San Miguel. «No entiendo qué quieren decir con veto si vamos a torear un montón de corridas. Entonces yo estaría vetando a todo el escalafón cada tarde, salvo a los dos toreros con los que me anuncio ese día».

La afición, dividida como una Redacción entre los partidarios de una cafetera de cápsulas y una superautomática, se lanzó a las redes y a las tertulias. Como un prolongación de Hemingway, de Ordóñez contra Luis Miguel, dos gallos en el corral que agitan el interés: colas en taquillas, tertulias eternas. Y los toreros dándose la mano finalmente en El Puerto en una triple puerta grande con Daniel Crespo mientras los demás hablaban.

Los tambores de guerra llegan ahora a Valladolid y Albacete. El 12 de septiembre, en el coso pucelano que celebra 135 años, Morante, Roca y el joven Marco Pérez lidian Garcigrandes en un cartel que reúne tres generaciones. ¿Chispas en el callejón? ¿Un quite que vuelva a encender la mecha? Al día siguiente, sábado 13, en Albacete, Morante, Paco Ureña y Roca lidian toros de Daniel Ruiz en la Feria de la Virgen de los Llanos. ¿Quién reinará? No se trata de vencedores ni vencidos: Morante, en su histórica temporada, y Roca Rey, en su puesto de mandamás, son necesarios. En la taquilla y en el ruedo. Y bienvenida sea la rivalidad, oro para la Fiesta. De frente y por derecho.