La decimosexta etapa de La Vuelta a España, que debería haber supuesto la fiesta del ciclismo en el sur de Pontevedra, quedó marcada para la historia por el corte que se produjo debido a las protestas en el alto de San Cosme —y en todo el recorrido— contra la presencia del equipo de Israel en el pelotón. Cientos de manifestantes invadieron la carretera y la dirección de la carrera decidió neutralizar la prueba a ocho kilómetros del final, impidiendo el final previsto en el Castro de Herville, en Mos.
Ante estos hechos, el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, lamentó la interrupción de la etapa: «Se puede expresar el dolor y la repulsa por el genocidio en Gaza sin alterar el orden público ni poner en peligro las seguridad de las personas». El representante político recalcó su apoyo al libre derecho de manifestación y subrayó la solidaridad del pueblo español con el sufrimiento del pueblo de Palestina. «Esa es la opinión de la inmensa mayoría de ciudadanos, comenzando por su Gobierno y su presidente, Pedro Sánchez», explicó este miércoles.
Es por este último motivo por el que expresó su incomprensión ante los reproches de algunos manifestantes que en el alto de San Cosme gritaron «cómplices» a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Según la consideración de Losada, el dispositivo que contó con medio millar de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional tuvo una «actuación proporcionada e impecable». «Estoy orguilloso de ello y quiero felicitar expresamente a todos los agentes y a sus mandos», recalcó.
«No parece haber sido una buena idea borrar las banderas palestinas de las carreteras»
El subdelegado, por otro lado, criticó las posturas de algunos políticos del Partido Popular con los incidentes y protestas que se están desarrollando en esta edición de La Vuelta, a los que acusó de estar «empeñados en sacar rédito político a toda costa de las manifestaciones». «No parece haber sido una buena idea borrar las banderas palestinas de las carreteras enviando a operarios municipales. No parece una idea muy feliz culpar a esta subdelegación de lo sucedido. No entiendo muy bien que la señora alcaldesa de Mos pretendiese que hubiésemos ordenado cargar contra la gente que portaba banderas y mensajes contra un genocidio», dijo en referencia a las palabras de Nidia Arévalo, que ayer denunció que el departamento que dirige Abel Losada «no estuvo a la altura».
También cargó Losada contra Luis López, presidente de la Diputación de Pontevedra, por un vídeo que publicó el lunes, antes de la celebración de la etapa, en el que señalaba a los manifestantes: «Provocar, azuzar y meter el dedo en el ojo al que piensa distinto no es un buen camino».
Por último, Losada también recriminó a Néstor Rego, diputado del BNG, que se mostrase orgulloso por el corte de la carretera y la interrupción de la etapa. «No puedo compartirlo y me parece un error, porque se puede expresar el dolor y la repulsa por este genocidio sin alterar el orden público ni poner en peligro las seguridad de las personas. Hay demasiada gente en este 2025 que vive mejor en el conflicto», conluyó