Durante unos días en el mes de mayo, media España estuvo en vilo intentando conseguir entradas para los conciertos de Bad Bunny, que iban incrementándose en número según se agotaban de forma fugaz. A medida que se sumaban más conciertos, la ansiedad por no quedarse fuera crecía, costara lo que costara. Finalmente, el cantante cerró 10 actuaciones en Madrid y dos en Barcelona. Doce conciertos que baten todos los recórds registrados en nuestro país.

Esa gira que pasará por España empezó en su país, Puerto Rico, con cifras todavía más llamativas: acaba de dar 30 conciertos seguidos en el Coliseo de San Juan y ha hecho que la ciudad se convierta en el destino más buscado del mundo. De un récord a otro.

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Benito recorrerá buena parte de Latinoamérica y Europa, y también hará parada en Australia y Japón pero no pisará Estados Unidos. Recientemente ha explicado por qué en una entrevista llamada i-D y tiene que ver con las deportaciones masivas de personas migrantes: «La gente de Estados Unidos podía venir a ver el concierto. Los latinos y puertorriqueños de Estados Unidos también podían viajar aquí o a cualquier parte del mundo. Pero estaba el problema de que, por ejemplo, el maldito ICE [el servicio de aduanas] podría estar fuera de mi concierto. Y es algo de lo que hablamos y que nos preocupaba mucho».

El cantante reconoce que «hay muchas razones» por las que no va a Estados Unidos pero aclara que «ninguna es por odio»: «He actuado allí muchas veces. Todos los conciertos han sido un éxito. Todos han sido magníficos. He disfrutado conectar con latinos que viven en Estados Unidos».

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En uno de sus últimos videoclips, el de la canción Nueva Yol, criticaba de forma clara la hipocresía de Trump diciendo por la radio que ese país «no es nada sin los mexicanos, dominicanos y puertorriqueños» —como se escucha en una escena del vídeo— cuando luego sus políticas van en sentido contrario.

Su disco y esta gira homenajean las raíces musicales de Puerto Rico. El cantante sigue viviendo allí y siempre que tiene ocasión saca pecho de su tierra. En esos conciertos que ha dado allí, el escenario se transformó en un exuberante bosque improvisado para reflejar la flora nativa de Puerto Rico. En el otro extremo, una casa rosada —típica de la isla— albergaba una fiesta estridente con su equipo de baile, donde no faltaron los ritmos afrocaribeños de su banda de salsa. Se desconoce si ese será el formato durante toda la gira pero lo que está claro es que Puerto Rico estará muy presente.