Con su look adolescente, su voz angelical y un repertorio moderno, Debbie Gibson irrumpió en la escena musical a finales de los años ochenta. Su segundo álbum, Electric Youth, logró encabezar el Billboard 200 durante cinco semanas consecutivas y su tema “Lost in Your Eyes” se convirtió en uno de los “lentos” más escuchados a nivel mundial. Todo indicaba que tendría un futuro lleno de éxitos. Pero eso no ocurrió.
Actualmente, Gibson trabaja en Broadway y en televisión, y continúa componiendo y cantando. Sin embargo, hubo un tiempo difícil en el que la artista no tenía dinero ni siquiera para subsistir. En su autobiografía Eternally Electric: The Message In My Music, la intérprete repasa los momentos más felices y los más complejos de su vida, entre los que incluye aquel tiempo en el que el éxito comenzó a ser esquivo y su cuenta bancaria se redujo a cero.
La intérprete de “Only In My Dreams” vivía en Los Ángeles a finales de la década de 2000, mientras su situación financiera se complicaba día a día. Por aquel tiempo, su salud también comenzó a jugarle malas pasadas y el dolor en sus articulaciones se volvió insoportable. “Empezaban a aparecer grietas en mi armadura, probablemente por el estrés y la falta de constancia en mi vida”, recuerda en su libro, según un extracto publicado por People.
“Así que, gasté todo el dinero que no tenía, y pedí un préstamo para comprar una casa rústica de dos habitaciones, cubierta de hiedra, en Forest Knoll Drive, cerca de Sunset Plaza Drive. Entonces, además de todos mis problemas, ahora tenía que enfrentar una hipoteca. Había comprado mis dos apartamentos de Nueva York al contado, pero esta vez mis asesores financieros me animaron a pedir un préstamo y, como en ese período confuso era más influenciable, me dejé convencer. Dado lo terca que puedo ser, eso fue un poco extraño, pero las inversiones financieras no eran mi fuerte. En otras áreas de mi vida tengo muy claro lo que quiero y lo que estoy haciendo, pero este fue un período de caos emocional”.
En aquel entonces, la cantante y su madre, Diane, intentaban concretar proyectos, pero no lo lograban. “A menos que quisiera hacer proyectos realmente degradantes”, graficó Gibson. Por supuesto que hizo todo lo posible por mantener su integridad, aunque eso la llevó, literalmente, a bancarrota. Y entonces, un amigo famoso le ofreció un alivio financiero mediante un método de entrega poco común.
“Estaba tan atrasada con mis cuentas y mi situación vital era tan incierta que incluso tuve que buscarle un nuevo hogar a mi gato temporalmente, porque no podía mantenerlo. Nunca olvidaré el día en que el asistente de Lance Bass me entregó cinco mil dólares en efectivo en una bolsa de papel marrón, un préstamo de un verdadero amigo que sabía que necesitaba apoyo y desde entonces nunca me ha hecho sentir menos», rememoró, agradecida.
“Ese fue un momento de humildad, uno de esos en los que te sentís tan vulnerable que la tierra podría tragarte. La forma en que Lance no se inmutó y envió ayuda de inmediato… Me sentí muy agradecida de recibir tanta bondad en medio de un capítulo tan surrealista y doloroso de mi vida“, indicó.
El préstamo en dólares de 4 cifras fue uno de una larga lista de gestos que Bass tuvo para con su colega. Al recordar su actuación de 12 shows como telonera de NSYNC durante la gira PopOdyssey de 2001, Gibson contó haber tenido una discusión con el equipo de representación de la banda de chicos por querer usar su propio piano para su presentación. “Entonces, cuando la gerencia de los chicos declaró que iban a viajar con mi piano de cola para una canción porque era ridículo, Lance Bass salió a defenderme: ‘Denle lo que quiera’. Él y yo hemos sido amigos desde entonces», reveló la cantante.