El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos ha experimentado un incremento interanual del 2,9% en agosto, lo que supone una aceleración de dos décimas con respecto al mes anterior, según datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
Por otro lado, el índice subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía debido a su mayor volatilidad, ha cerrado el mes de agosto con un aumento del 3,1%, manteniéndose estable y alcanzando su nivel más alto desde febrero.
En cuanto a los alimentos, se ha observado un incremento del 3,2%, mientras que los productos energéticos han experimentado un aumento del 0,2% en comparación con el mismo período del año anterior.
En términos mensuales, el IPC general ha mostrado un repunte del 0,4% en agosto, en contraste con el avance de dos décimas registrado previamente. Por su parte, el IPC subyacente se ha mantenido en el 0,3%, la misma cifra reportada en julio.
La lectura de agosto del IPC en Estados Unidos podría tener implicaciones significativas en la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed). La institución se encuentra en una posición delicada, tratando de equilibrar la contención de la inflación con la desaceleración del mercado laboral.