En 1925, Francisco Bonnín se convirtió en el primer presidente del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, una institución que recogía la herencia del Salón Frégoli y que se establecía como un espacio de encuentro entre los artistas y la sociedad. Cien años después, este entrañable espacio no solo celebra un cumpleaños redondo, sino que además acaba de reabrir su edificio de la calle Castillo después de siete años de inactividad y una profunda remodelación que ahora lo ponen a la vanguardia de las artes en el Archipiélago. Si bien fue el domingo 7 de septiembre la fecha exacta de este centenario, la fiesta se ha desarrollado este jueves día 11 en pleno centro santacrucero, cuando se dieron a conocer los detalles de la nueva construcción, que permitirá ahora realizar varias actividades al mismo tiempo y abrir las actividades al público durante su montaje y preparación.

Estos siete años han supuesto el periodo más largo de inactividad para el Círculo, que precisaba de una adecuación de su edificio para dar cumplimiento a diferentes normativas relativas a la seguridad de las personas. A pesar de ello, en este tiempo ha aumentado el número de socios, que ya ronda los 300. Esta se convierte, así, en la mejor noticia para emprender esta nueva etapa que arranca bajo el concepto Nuevo Círculo y que ha quedado plasmado con el descubrimiento de la nueva placa que ya se puede ver en la fachada del edificio en la calle Castillo, donde se destaca la contribución de esta institución «a la cultura, las artes y el pensamiento».

Nuevo Círculo

Al igual que quedó plasmado en el programa ganador de las últimas elecciones para designar al equipo directivo, encabezado desde hace algo más de un año por Pepe Valladares, el Círculo de Bellas Artes afronta su segundo siglo de historia tratando de fomentar la profesionalización de la gestión; el posicionamiento de la entidad en el ecosistema cultural de su entorno, y la valorización de la esencia original de la institución, con un papel vertebrador fundamental en el impulso de nuevas visiones y opciones del hecho cultural y artístico y su impacto en la sociedad.

La jornada conmemorativa arrancó en la plaza Weyler, desde donde arrancó a las once de la mañana un pasacalle de la mano de la Atlantic Band Lab, que acompañó la fiesta hasta la entrada del edificio, donde se descubrió a continuación la placa.

El presidente del Círculo, Pepe Valladares, dio las gracias por «la comprensión» que han mostrado los socios y los amantes de la cultura a lo largo de los siete años en los que se han prolongado las obras y llamó la atención sobre «el papel que juegan la cultura y el arte en un momento tan crucial como el actual». Habló esperanzado del «resurgir» de este espacio, que abre sus puertas a «nuevos agentes» y reconoció que su deseo es que el Círculo se convierta en un espacio «en tensión», donde los artistas puedan hacer su trabajo pero que también se creen conversaciones entre ellos y con la sociedad.

Colaboradores

Entre las administraciones públicas que han participado en la rehabilitación del edificio se encuentra el Cabildo de Tenerife, cuya presidente, Rosa Dávila, habló del «hito de enorme relevancia» al referirse a esta reapertura y destacó que el Círculo «ha contribuido al desarrollo de la cultura» en toda Canarias. «Un siglo no es solo una cifra, sino que es un recuerdo para todos los intelectuales que han pasado por este lugar y que han defendido la libertad de pensamiento».

El pasacalles musical previo a la inauguración.

El pasacalles musical previo a la inauguración. / Arturo Jiménez

Por su parte, la consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, afirmó que el Círculo es «la casa imprescindible de la cultura en Canarias» y que, después de haber pasado por un complejo proceso de rehabilitación ha sabido dar forma a un nuevo concepto que le permitirá ser «un espacio para la sociedad y que dé alas para dejar volar nuestra creatividad».

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife también ha financiado parte de las obras acometidas y el alcalde, José Manuel Bermúdez, afirmó que la capital y esta institución «han crecido juntos». «En estas salas se ha construido comunidad» y celebró que la pausa obligada por las obras haya llegado a su fin para que el Círculo se convierta en un lugar «donde la tradición se da cita con la innovación».

Una de las instituciones privadas que ha colaborado en la reapertura del Círculo es la Fundación CajaCanarias. Su presidenta, Margarita Ramos, sentenció que esta institución «es el alma cultural de Canarias» y concluyó que, más que un espacio físico, se trata de «un refugio para lo que aman la belleza y la creación».

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