El Balonmán Culleredo inicia su tercera temporada en Primera Nacional con «un objetivo más ambicioso». El entrenador Fernando Vázquez lo resume con claridad: «Creo que tenemos un equipo con mayor potencial que el año pasado. Ahora hay que entrenar para crear los automatismo y que ese potencial se vea en la cancha». La permanencia sigue siendo un reto importante, pero el discurso del técnico apunta más alto. «Evidentemente, mantener la categoría es un objetivo prioritario, pero ya es nuestro tercer año, y quiero ser más ambicioso. Pienso que nuestro reto es competir cada fin de semana, independientemente de quién sea el rival», afirma el coruñés que se siente «cullerdense de adopción».
El equipo llega reforzado tras un verano de movimientos. La baja más sensible es la se Samuel Seijas, jugador con experiencia en selecciones gallegas y nacionales, que se marchó a Pontevedra por estudios. Como contrapeso, destaca la llegada de Henrique Traba, cedido por el OAR Coruña. «Es un chico de 2007 que también ha formado parte de las selecciones nacionales y que vuelve tras una grave lesión de cruzado. Entendemos que nos va a dar un salto de calidad», explica Vázquez. También se han reincorporado jugadores que regresan después de un año fuera.
La seña de identidad sigue siendo la cantera. El entrenador, que lleva seis años en la entidad, lo sabe: «Somos un club de base, que vive del amateurismo, es decir, aquí nadie cobra un duro». En este modelo, la transición es más rápida que en otros equipos. Jóvenes como Nicolás Casal, Hugo Bregua, Xoán Canedo (integrado en el CAR de la Federación española), Adrián Veiga y Josemi ya han entrado en dinámica de primer equipo. «Aquí hay jugadores, incluso de primer año de juvenil, que ya vienen participando desde hace tiempo. Esto lleva a que chicos de 16 años jueguen lo que en otros clubes sería impensable», señala el técnico naranja.
Para dar salida a tantos talentos, el club ha sellado una filialidad con el Club Balonmán Arteixo. «Así, los jóvenes que no tengan minutos en Primera Nacional podrán crecer en otra categoría inferior», explica Fernando Vázquez.
La importancia del grupo es otro pilar para el Culleredo. El capitán sigue siendo Iago Ferreiro, acompañado por Adrián Díaz. Su papel es clave en un vestuario tan joven. «Tiene que prevalecer el buen ambiente y en un equipo amateur el hilo de conexión son ellos», segura el entrenador.
El último amistoso ante el OAR, de una categoría superior, dejó un marcador ajustado y buenas sensaciones para esta campaña. «El equipo fue capaz de mirarle a la cara y de competir contra ellos», apunta el técnico.
Mayor ambición es lo que espera el entrenador de sus jugadores esta temporada: «Tienen que creer que pueden y, que el club se crea que puede llegar a ser lo que realmente puede llegar a ser».