El euskera ha dado un paso inédito hacia la visibilidad global. En una campaña promocional reciente del Museo del Louvre, una de las instituciones culturales … más influyentes y visitadas del mundo, la música de fondo no es ni francesa ni inglesa, sino una canción interpretada en euskera. Este hecho no solo sorprende por su rareza, sino que simboliza una valiosa oportunidad para que una lengua minoritaria y milenaria como la vasca alcance un nuevo público internacional.

La canción elegida para acompañar el anuncio es «Maite, nauzu zeharkatu», un tema de Verde Prato, el proyecto musical de Ana Arsuaga, artista guipuzcoana que combina tradición y vanguardia, cantando en euskera con una sensibilidad única. Verde Prato, reconocida por renovar el folclore vasco con influencias electrónicas y una poesía intimista, ve cómo su música traspasa fronteras en una alianza sorprendente con el Louvre, escenario donde conviven siglos de historia y arte universal.

Este uso del euskera en la promoción de una colaboración entre el Louvre y la firma francesa Inoui Editions, especializada en accesorios textiles, no es solo un detalle estético: es un reconocimiento simbólico y cultural que da visibilidad a una lengua que, aunque con siglos de historia, sigue siendo minoritaria y poco escuchada en el panorama internacional.

De Tolosa a París

Ana Arsuaga, detrás de Verde Prato, ha sabido convertir el euskera en un recurso artístico y expresivo con su propia personalidad. Sus canciones, que dialogan con la música tradicional vasca, la electrónica contemporánea y una lírica profunda, ya habían conquistado públicos en festivales y escenarios de Europa. Pero nunca antes habían sonado con tanta fuerza y prestigio en un anuncio de una institución cultural de primera línea como el Louvre.

La campaña presenta una colección inspirada en la historia y arquitectura del museo, con accesorios textiles que homenajean sus espacios y obras maestras. La música en euskera aporta un contrapunto moderno y auténtico, que refuerza la idea de que las lenguas minoritarias también pueden ser vehículos de creatividad y modernidad.

Este gesto de inclusión pone en valor una realidad lingüística que a menudo pasa desapercibida fuera de su contexto: el euskera no es solo una lengua histórica, sino un idioma vivo que se reinventa y se adapta a las nuevas formas artísticas y comunicativas.

Verde Prato, con discos como ‘Kondaira eder hura’ o ‘Adoretua’, ha sido clave para mostrar esa riqueza, y el hecho de que su canción suene en una campaña internacional abre la puerta para que la música en euskera gane un protagonismo mayor y se perciba como parte de la diversidad cultural mundial.

Impulso para la cultura vasca

Más allá del impacto simbólico, esta campaña representa una oportunidad para que la cultura vasca, su música y su lengua se proyecten más allá de las fronteras. El Louvre, con millones de visitantes anuales y una presencia digital masiva, se convierte en un escenario donde el euskera puede encontrar nuevos oyentes y admiradores.

El hecho de que una lengua minoritaria como el euskera sea protagonista en una promoción de esta magnitud confirma que el patrimonio cultural y lingüístico no está reñido con la modernidad ni con la relevancia global.