La Vuelta 2025 se decidirá a 2250 metros de altitud. Desde lo alto de la Bola del Mundo se ve Madrid y el ganador de … la edición de este año, que se resolverá en 12 kilómetros de subida al 8,6%. En esa cuesta, Jonas Vingegaard y Joao Almeida se jugarán el éxito, con el danés partiendo con 40 segundos de ventaja tras una crono de Valladolid donde el portugués fue mejor, pero se quedó sin terreno para marcar diferencias tras recortarse la crono de 27 kilómetros a 12,2 por motivos de seguridad.
Tres semanas que ambos se jugarán a una carta, después de una edición marcada por la igualdad entre ambos. 40 segundos que pueden ser una eternidad para Almeida o un suspiro para Vingegaard, en función de las piernas que tengan ambos en la subida que se estira desde Navacerrada a lo alto del monte. En la crono de Valladolid, ganada por todo un especialista como Filippo Ganna, ha vuelto a dar la sensación de que el doble ganador del Tour no anda nada sobrado y que, si gana esta Vuelta, será por su calidad y por su capacidad para gestionar su ventaja y sus esfuerzos. Tanto Vingegaard como Almeida son dos corredores que se defienden muy bien contra el crono y esta temporada se habían visto las caras en la cronoescalada a Malhao, en la Vuelta al Algarve allá por febrero. Y fue el danés el que ganó con autoridad aquellos 19 kilómetros, con 30 segundos de renta sobre el luso.
En Valladolid era una crono completamente diferente, técnica al inicio y de mover grandes desarrollos después, y se le ha visto a Almeida siempre con mejores sensaciones que Vingegaard. El de UAE ha sido dos segundos mejor que su rival en la general en el kilómetro cuatro, tres mejor en el ocho y ha estirado la renta hasta los 10 al finalizar los 12 kilómetros.
Si la Vuelta se resuelve en segundos, como parece encaminada tras lo visto hasta ahora, Almeida nunca olvidará dos jornadas decisivas para él. Por un lado, el recorte de kilómetraje de Valladolid, porque ha dado la sensación de que el luso iba a más y Vingegaard a menos, salvando los muebles, porque ante 27 kilómetros de lucha contra el crono, quizá estaríamos hablando de una diferencia mucho menor que esos 40 segundos que hay ahora entre ambos. Y por otro lado, mirará hacia otro lado cada vez que esté cerca de Valdezcaray. Parece mentira que en una edición con puertos como Pal, Cerler, Algliru, Farrapona o Morredero, Almeida enterrara buena parte de sus opciones por un fallo de colocación en una subida como Valdezcaray, sobre el papel la más floja y, en la realidad, el escenario donde Vingegaard realizó su único ataque y, de momento, decisivo para el desarrollo de la carrera.
Mañana, La Vuelta se tomará un respiro camino de Guijuelo, donde los velocistas tendrán una gran oportunidad de brillar. El sábado será el momento de los aspirantes a la victoria final. La Bola del Mundo espera.