Cuando en junio de 2022 el entonces Toscaf Atlética fichó a Carlos García del Oca Hotels Villa de Luanco para suplir la baja de … Rubén Rozada, pocos pensaban en la importancia que iba a tener dentro del equipo. Había llegado a debutar en División de Honor Plata con el Gijón Jovellanos y su planta (1,91 metros y 110 kilos) asustaba, pero no solo hizo olvidar rápido a un jugador que ahora mismo juega en Asobal con el Ademar de León, sino que fue clave para que el equipo avilesino ganase la liga y se quedase a un paso de ascender a la fase de ascenso.
Tres veranos después, la insistencia del Horizonte Atlética ha tenido sus frutos y Carlos García, que llevaba dos temporadas alejado de las canchas por decisión propia, vuelve al balonmano y a La Magdalena con la idea, esta vez sí, de «conseguir el ascenso. Es la principal diferencia que veo con mi anterior etapa aquí: de aquella se fue dando todo solo. Ahora el objetivo claro es ir a por el ascenso», asegura.
Su regreso ha sido un trabajo de pico y pala por parte del Horizonte Atlética, con el presidente Gerardo González a la cabeza, Chus Corao como delegado de la sección de balonmano en la Atlética y Juan Muñiz, director deportivo y entrenador. «Desde que decidí no continuar, la verdad es que me llamaban cada verano», sonríe. «Al final ha pasado tiempo, me ha vuelto a ‘picar’ el gusanillo, no tenía motivos para no volver a jugar o para irme a otro lado y me convencieron».
«Hace dos temporadas las victorias se fueron dando, este año el objetivo del ascenso está muy claro»
Dos temporadas sin jugar es bastante tiempo, aunque Carlos García está llevando bien su regreso. «Poco a poco voy cogiendo el ritmo otra vez. No voy a decir que sea fácil realizar una pretemporada exigente después de estar parado, pero cada vez me encuentro mejor y con ganas de ayudar al equipo».
En el Horizonte volverá a coincidir en la posición de pivote con Hugo Monje y con Sergio Iglesias, al que conoció hace dos cursos siendo todavía juvenil. «A Hugo poco tengo que enseñarle», reconoce. «Y Sergio tiene mucho más talento que yo. Intentaré echarle una mano en lo que pueda, sobre todo con esos trucos de viejo que vas aprendiendo», bromea.
Y es que Carlos tiene todavía 28 años, una edad ideal para la práctica del balonmano. «Cuando lo dejé lo hice principalmente porque siendo de Gijón venir cuatro días a entrenar a Avilés era emplear muchísimo tiempo, y después estaban los viajes en autobús cada quince días. Pero este tiempo fuera me ha venido bien y vuelvo con muchas ganas. Al final voy a hacer lo que he hecho toda la vida».
El pivote ve una buena plantilla para luchar por el ascenso, y sobre su rol en el equipo nota el paso del tiempo. «La otra vez que estuve había jugadores más mayores. Ahora prácticamente somos tres: Aitor, Cuevas y yo, y ha llegado gente nueva que ahora tiene 20 años, así que ya soy de los veteranos».
En cuanto a los rivales, «lo más destacado es que vamos a competir contra los equipos madrileños, que en principio deberían estar peleando por arriba también. Yo nunca he jugado contra ellos porque no me coincidió, pero por lo que me cuentan los compañeros son rivales duros, sobre todo en su cancha».
Carlos García ya está preparado, junto al resto de sus compañeros, para debutar mañana en liga frente al Lafuente Pereda en La Magdalena. «Es un equipo que ha cambiado bastante estas dos últimas temporadas. Se ha reforzado con gente de Santoña y no nos lo pondrá fácil, pero al final jugamos en casa y hay que ganar».