En «año y medio o así» el equipo que lidera el virólogo, profesor de Microbiología e investigador del Hospital Monte Sinaí (Nueva York), el burgalés Adolfo García-Sastre, debería iniciar el ensayo clínico en humanos con la vacuna frente al cáncer que están estudiando. «Hemos hecho muchos experimentos en modelos animales y nos funciona muy bien contra cualquier tipo de cáncer, pero de ahí a que lo haga en humanos… Hay que demostrarlo. Y estamos empezando con eso», explica en esta entrevista, concedida con motivo de la conferencia que impartirá hoy en el salón de actos del HUBU (10.00 horas), en el primer Congreso Intermultidisciplinar de Medicina e Ingeniería. La investigación de García-Sastre no tiene finalidad preventiva, sino que se plantea como instrumento terapéutico para personas con tumores malignos diagnosticados. Pero el experto no oculta que el camino es largo; suponiendo que todo fuera bien, estima que necesitarían «cinco años a partir de ahora» para obtener una vacuna contra el cáncer.  

García-Sastre dedicará su conferencia a hablar sobre vacunas elaboradas a partir de virus atenuados -que no causan patología- y modificados para potenciar la respuesta inmune. Es decir, profilaxis elaboradas a partir de los denominados virus de ARN (ácido ribonucleico) mensajero. El concepto es «similar» al de las desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna para evitar formas graves de la enfermedad que causa el coronavirus SARS-CoV-2, la covid. «Nosotros usamos un vector [viral] distinto, que está especializado en replicarse en gran cantidad en aves, pero que, sin causar enfermedad en mamíferos, es inmunogénico en mamíferos», cuenta, para explicar que, a partir de ahí, «lo modificamos para expresar el antígeno que nos interesa de la enfermedad [la expresión de la patología, lo que el cuerpo puede reconocer] y que creemos que da lugar a anticuerpos protectores contra ella». Es decir, en el laboratorio se consigue una proteína del virus que luego se usa como vector vacunal. «Y eso hace que se induzcan anticuerpos contra esa proteína nueva que hemos puesto y que expresa el virus [en este caso, aviar]. Y te protegen contra la enfermedad del virus del que se ha derivado la proteína que hemos puesto».

García-Sastre estudia la aplicación de la tecnología de ARN mensajero en la prevención de enfermedades, como las vacunas clásicas, pero también en casos de cáncer ya diagnosticados. El virus que emplean para ello «ya se ha usado antes en ensayos clínicos de fase 1, donde sí se han visto respuestas. Pero nosotros lo hemos mejorado y esperamos también una mejor respuesta».

La siguiente pregunta es obligada: ¿Puede un virus atenuado desencadenar una respuesta inmune en el organismo tan fuerte como para actuar frente a células cancerígenas? «Sí. Inyectamos el virus que no produce enfermedad directamente en el cáncer», afirma, antes de explayarse: «El cáncer tiene una forma de crecer en la que adquiere propiedades que hacen que el sistema inmune no lo reconozca bien. Eso sucede porque crece en un ambiente que se llama ‘frío’, porque el organismo no lo reconoce. Pero si inyectas un virus, eso se pone ‘caliente’: alerta al sistema inmune de que hay algo y que deben acudir células, que no se encuentran solo con el virus, sino también con el cáncer». Y aclara que, como «las células no saben distinguir entre antígenos del virus o entre antígenos nuevos del cáncer, que tienen todos los tipos de cáncer, también se desarrolla una mejor respuesta inmune: frente al virus y frente al cáncer».

Esta tecnología ya se ha aplicado con virus del tipo herpes en melanomas, que son los procesos oncológicos de la piel. Pero, García-Sastre apunta que nosotros «queremos probar este virus con el que hemos trabajado, porque creemos que es más inmunogénico que los virus herpes y que puede dar mejor respuesta inmune».

García-Sastre es un convencido de que habrá otra pandemia «porque no han cambiado las circunstancias en la humanidad para que no la haya». Y, cree que podría ser de gripe: «Tiene muchas papeletas, porque hay más virus circulando. Pero en gripe es muy difícil predecir cuál va a causar una pandemia; tiene muchos subtipos». De ser el caso, tendríamos a nuestro favor la existencia de antivirales y de varios tipos de vacuna. «Y si viene una pandemia de gripe vamos a pedir vacunas de [ARN] mensajero pero ya. Son las que más rápidamente se pueden producir», indica.

(El reportaje-entrevista completo, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos o aquí)