La ministra de Sanidad, Mónica García, se ha marcado el próximo otoño como fecha límite para llevar su propuesta de Estatuto Marco -la ley que regula las condiciones laborales del personal sanitario- a Consejo de Ministros. Como ella misma reconoció hace no mucho, si … ese plazo no se cumple será muy complicado que la norma pueda prosperar y no quede «en un cajón». Pero las negociaciones no avanzan a la velocidad que deberían y las presiones le llegan ahora por dos lados. La titular del ministerio tendrá que hacer frente, por una parte, a la huelga de médicos que hay convocada para el próximo 3 de octubre, la segunda en cuatro meses por el mismo asunto. Pero además, los sindicatos que componen el ámbito de negociación (CSIF, Satse, UGT, CCOO y CIG-Saúde) empezarán la próxima semana con movilizaciones para denunciar el bloqueo por parte del ministerio y no descartan que sus reivindicaciones deriven también en una huelga.
La batalla entre el Ministerio de Sanidad y los sindicatos médicos comenzó el pasado enero, cuando la ministra, en una rueda de prensa sobre la gripe y tras ser preguntada por los periodistas, desveló que su propuesta de Estatuto Marco incluía la exclusividad para jefes de servicio, es decir, que estos profesionales no podrían trabajar a la vez en la sanidad pública y la privada. Como adelantó entonces ABC, el texto del departamento de Mónica García ampliaba esa incompatibilidad para todos los médicos durante los primeros cinco años de trabajo en el sistema tras terminar la formación MIR, algo que Sanidad acabó eliminando de su propuesta. Pero fueron más los asuntos que provocaron rechazo entre el colectivo médico, como las horas de jornada, las guardias o la clasificación profesional.
Los sindicatos médicos reclamaron entonces un estatuto propio para su profesión que negociaran ellos mismos con el ministerio, algo que Sanidad descartó desde el primer momento. Por todo ello, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) convocaron una huelga que tuvo lugar el pasado 13 de junio. Ahora, para el 3 de octubre, las organizaciones convocantes son las mismas, pero en esta ocasión llaman también a la huelga otros sindicatos de comunidades autónomas que no forman parte de la confederación, como los de Madrid, Cataluña, País Vasco o Galicia, de manera que se espera que la movilización sea aún mayor.
Pero tanto Sanidad como los médicos coinciden en que el actual Estatuto Marco, que data de 2003, no puede continuar vigente. Los cambios que se necesitan, sin embargo, distan entre las dos partes. Por ello, este jueves, CESM y el SMA presentaron su propuesta de estatuto específico para los médicos, un documento que recoge los puntos que consideran que debería contener la ley que regule sus condiciones laborales.
Entre otras cosas, la propuesta de los médicos fija una clasificación profesional en la que se reconoce la mayor formación y responsabilidad del facultativo frente a otros puestos del sistema sanitario, añadiendo un nivel A1 plus a la jerarquización que existe actualmente en el Estatuto Básico del Empleado Público. También crea un ámbito de negociación entre el ministerio y las organizaciones sindicales médicas, pues los facultativos llevan tiempo denunciando que en el ámbito de negociación no se tienen en cuenta sus condiciones ni sus exigencias, con un único representante de CESM en la misma.
El documento que proponen los médicos establece además la jornada laboral de 35 horas semanales, que las guardias sean voluntarias y se retribuyan igual o más que las horas de jornada ordinaria y regula la jubilación anticipada para el colectivo. Los representantes que participaron el jueves en rueda de prensa para exponerlo, Miguel Lázaro, presidente de CESM; Víctor Pedrera, secretario general de CESM y Rafael Ojeda, presidente del SMA, aseguraron que harán llegar su propuesta a todos los grupos parlamentarios y comunidades autónomas. Su propuesta, dijeron, es muestra de que están abiertos al diálogo con Sanidad.
Los médicos alertan de que si Sanidad sigue con su propuesta las peores consecuencias las sufrirá el sistema sanitario público, con la huida de profesionales. «La realidad es que faltan médicos en la sanidad pública y cada vez más, porque no solo se van al extranjero, también a la sanidad privada. Eso se tiene que corregir y la única forma de hacerlo es tener una norma propia», defendió Víctor Pedrera. «Si a un sistema en el que los médicos ya tienen tendencia a la salida le echas gasolina, se irán muchos más», sentenció el secretario general de CESM.
Cuestiones «irrenunciables»
Pero el malestar hacia la propuesta del ministerio llega ahora también por parte de los sindicatos con los que elabora el texto, los que componen el ámbito de negociación. Este jueves, en rueda de prensa conjunta, las organizaciones denunciaron el «bloqueo» por parte de Sanidad para seguir avanzando en el acuerdo. En concreto, criticaron que el departamento de Mónica García quiera «dar por cerrada» la negociación de la ley sin agotarla ni abordar cuestiones que los representantes de los trabajadores consideran «irrenunciables» para los empleados de la sanidad.
Se refieren con «cuestiones irrenunciables» al aumento de las retribuciones asociado a las nuevas categorías profesionales, a la jubilación voluntaria, anticipada o parcial o a la jornada máxima de 35 horas semanales. Pero García ha defendido en varias ocasiones que su ministerio no tiene las competencias para actuar sobre estos asuntos, que corresponderían a otros ministerios.
Aun así, los sindicatos insistieron este jueves en sus exigencias y advirtieron a la ministra de que, aunque su prioridad sigue siendo llegar a un acuerdo, si Sanidad no rectifica y atiende sus peticiones presentando un nuevo borrador de Estatuto Marco, iniciarán un período de movilizaciones que comenzará el próximo martes. Ese día, dijeron, promoverán concentraciones en los centros de trabajo, que maximizarán el 1 de octubre con una concentración a las puertas del Ministerio de Sanidad. A estas, aseguraron, les seguirán paros parciales, sin descartar convocar ellos también una huelga general para todo el personal del sistema sanitario.
Profesionales agotados
«Los trabajadores están al límite. El verano ha sido horrible, con cierres de camas, déficit de plantillas, precariedad, listas de espera inviables y personal agotado. Y ahora con la llegada del frío volverá a pasar lo mismo», denunció Sacri Rodríguez, portavoz de Sanidad de CSIF, que hizo hincapié en que los profesionales sanitarios no entienden «que se dejen de lado reivindicaciones básicas» como las que las organizaciones reclaman en la negociación.
La ministra aseguró este jueves que seguirá dialogando tanto con los sindicatos como con las comunidades autónomas para llegar a un texto acordado entre otros. Su texto, defendió, contiene «grandísimos avances» en cuanto a la reducción de la jornada de trabajo, derechos y condiciones laborales y, a su juicio, logrará «eliminar» la precariedad del sistema sanitario.