Detrás de su habitual sonrisa, cercanía y simpatía hay un hombre comprometido, que no para un minuto. Julián Amores (Ciudad Real, 1979) es un trabajador incansable que saca horas de donde no las hay para que al BMCaserío no le falte de nada. Cogía al club en una situación complicada en Primera Nacional y en muy poco tiempo lo ha llevado a la élite. Para él también será su debut en la Liga Asobal, una circunstancia que asume con naturalidad, en paz con su conciencia y con la satisfacción del deber cumplido porque el trabajo de despacho ya está hecho. A partir de ahora, los principales responsables visten de corto.

¿Le ha dado tiempo a descansar este verano?

Las primeras semanas después del ascenso sí descansé. Se puede descansar, pero la cabeza siempre está pensando en el club. Además, había unos cambios muy importantes que había que hacer en dos meses dentro de la estructura. Poner todo a funcionar cuesta, con ese reparto de tareas, de funciones, y todavía queda mucho. Hay que engrasar esa forma de trabajar para que las diferentes áreas, algunas incluso nuevas en el club, funcionen, y eso te obliga a estar encima. Como digo, de cabeza nunca se descansa, pero con la ilusión que se traslada tampoco nos cuesta trabajar.

¿Cómo ve al equipo, después de tantas incorporaciones? ¿Cree que se han adaptado bien? 

«Llegar a Asobal no es ni el final del camino ni el principio»«Llegar a Asobal no es ni el final del camino ni el principio» – Foto: Rueda VillaverdeAlgunos ya conocían Ciudad Real, como Sergi Mach y Kotanidis, pero creo que la ciudad, dentro del mundo del balonmano, ya es conocida porque tiene su historia. Cuando vienen de fuera lo dicen, que ya les habían hablado de Ciudad Real, por lo tanto, ya vienen con una expectativa y unas referencias de lo que se van a encontrar aquí. En ese sentido estamos muy contentos con el grupo que se ha formado y porque hay gente que enseguida se ha adaptado a la ciudad y al equipo. Eso se nota en el ambiente y estoy seguro de que va a seguir durante toda la temporada. Ese ambiente, ese compañerismo y esa adaptación van a resultar muy importantes.

Todo empieza en Irún. ¿Cree en una posible sorpresa?

Lo que tenemos claro es que el equipo va a competir. Tenemos un buen grupo, con algunos de los jugadores nuevos con experiencia en Asobal. Creo que es un equipo que va a estar peleando en todas las pistas. En Artaleku yo tengo la ilusión de que vamos a competir.

¿Qué ha cambiado en el Caserío por estar en Asobal?

Lo primero que ha cambiado es el propio club, en el sentido de ampliar la estructura. Ha habido que incorporar a gente en diferentes áreas que ya son necesarias a la hora de la profesionalización, como la comunicación, el marketing, en la parte administrativa… Se ha ampliado la estructura porque ya hay que tener profesionales dedicados a eso. Luego, en el día a día, hay mucho trabajo, hay más relaciones, hay más patrocinadores, se reciben más llamadas. Igual que decimos muchas veces que en la pista se nota si se ha formado un buen grupo humano, en la parte del club también, y con el apoyo de la ciudad al final se trabaja mejor.

Más de 2.200 abonados. ¿Pensaba llegar a esta cifra?

Yo siempre soy optimista. Es verdad que desde el primer día, nada más después del ascenso, se notaba esa ilusión, esa pasión y esas ganas que había de balonmano de élite en Ciudad Real y en la provincia, porque también es de destacar el importante número de abonados que son de fuera de la capital. En la directiva éramos prudentes, pero soñábamos y confiábamos en nuestro trabajo, pero evidentemente nunca pensábamos haber llegado donde estamos ahora mismo, en más 2.200 socios, y a ver dónde termina esa cifra.

¿Se ha crecido también en el número de patrocinadores?

Sí, sobre todo después del ascenso, porque los éxitos deportivos tienen mucho más eco y eso llega. Es verdad que antes del ascenso la mayoría de los patrocinadores que teníamos ya estaban renovados, contemplando las distintas posibilidades y escenarios. Incluso ya había alguno nuevo, porque creo que la labor desde la directiva tiene que ser aislarnos de esos resultados deportivos. Se ha reconocido también el trabajo en la escuela, la involucración con la ciudad, el tener esa identidad de generosidad, de tratar de ayudar como hacemos con muchas de las asociaciones, y yo creo que eso también es algo que te da, que no dependas tanto de los resultados.

Después del ascenso hubo varias llamadas y muchas de ellas han fructificado. Al final estamos hablando que tenemos 35 patrocinadores, además de ese granito de arena que nos aportan en el Club Select los colaboradores más pequeños, donde llegamos a 80, cuando el año pasado eran 56. Son colaboradores que van a estar ahí día a día, en cada partido, y eso también es un respaldo importante, tanto por lo económico como por esa involucración.

¿Eso supone que la viabilidad económica del proyecto está garantizada?

Sí. Además, en Asobal esa viabilidad la tienes que presentar a priori. Pero esto no es de ahora, siempre hemos tenido los pies en el suelo, hemos hecho los presupuestos que sabíamos que podíamos sacar adelante y que teníamos asegurados en cuanto a la generación de ingresos. Siempre hemos trabajado en esa línea, siguiendo esos principios de prudencia. Hemos acabado las temporadas con pequeños superávits porque siempre se genera algún ingreso más, pero lo primero y el principio fundamental de la junta directiva es que el club pueda seguir existiendo, que nunca corra ningún riesgo.

¿Estar en Asobal es el final del camino o solo el principio?

Es la continuidad de un camino. No es el principio de nada y tampoco el final. Siempre he dicho que lo primero que hay que hacer es normalizar todo el proceso, porque esto viene de atrás y, sobre todo, tenemos que seguir siendo los mismos, en generosidad en la pista, en conseguir que los niños sean parte de la ciudad, con trabajo. Ya lo veníamos haciendo antes y es lo primero que tenemos que hacer ahora. El Caserío sigue siendo el Caserío. No tiene que haber ningún final ni ningún principio.  Ya lo hubo hace 14 años. Ahora hay continuidad.

¿Qué mensaje le manda el presidente a la afición horas antes de que empiece esta temporada en Asobal?

El mensaje tiene que ser de estar orgullosos porque nos va a representar este equipo, y los primeros que tienen que ser parte de él son los aficionados, los socios y la junta directiva. El equipo realmente somos todos, hay que disfrutar de todo esto, del proceso, de lo mucho y bonito que va a venir al Quijote, y lo que se va a disfrutar también fuera.