Una verdadera pena que la crono tuviera que acortar el recorrido, por una parte por el espectáculo pero por otra también por lo bonita que … estaba la ciudad, repleta de gente con ganas de disfrutar del paso de los corredores. El paso por Parquesol hubiera añadido un atractivo y un aliciente más que añadir al pulso que mantienen Vingegaard y Almeida.
Con el atajo de kilómetros, la prueba ha sido un visto y no visto con un vencedor esperado, como es Ganna, y un duelo entre los dos primeros que se nos ha quedado cortos. Probablemente hubiera habido más diferencias, y mañana Vingegaard se vería en más problemas cuando toque subir a la Bola del Mundo. Es verdad que 40 segundos deben ser suficientes para el danés, pero cuidado porque cualquier circunstancia puede darle un susto. Si se sube con normalidad y él está físicamente normal, no habrá cambios, pero… Vingegaard y Almeida tienen las fuerzas al límite, no sé bien si tienen problemas de catarro o de respiración, pero no se les ve bien.
Poco más dio de sí la jornada. Ganna es un especialista, y volar a 56 km/h solo está a su alcance y al de Evenepoel. El italiano ha sabido guardar la ropa los días previos porque tenía en rojo la etapa de Valladolid.
De los cortes no merece la pena profundizar más allá. Es una circunstancia ajena a la organización, que se ha visto obligada a recortar el trazado para que no estar a campo suelto y dar pie a situaciones de riesgo. Los corredores no son ajenos a lo que pasa a su alrededor y si ven complicaciones… Al final se ha logrado salvar uno de los peores días porque la Vuelta es un espectáculo nacional que no se puede estropear por el capricho de cuatro.