La Vuelta a España entra en sus dos últimos compases decisivos. Jonas Vingegaard, sólido líder con el maillot rojo, sabe que el gran examen aún está por llegar. Tras ceder diez segundos frente a Joao Almeida en la contrarreloj de Valladolid, el danés no duda en señalar el verdadero juez de la carrera: la Bola del Mundo. “Todo se decidirá allí. Estoy contento con la posición en la que llego, sigo líder y mi objetivo es defenderlo hasta Madrid”, explicó el doble campeón del Tour, consciente de que la última gran cima de la ronda española pondrá a prueba no solo sus piernas, sino también su capacidad para resistir los ataques de rivales que apuran sus opciones.
El corredor del Visma Lease a Bike reconoció que le “encantaría ganar en la Bola”, aunque prioriza salvaguardar el maillot rojo. “Será un final durísimo y sé que los demás lo intentarán con todo”, añadió tras una crono que había preparado con mimo, hasta el punto de recorrer el trazado en tres ocasiones antes de la salida. Pese a admitir que en la última semana no ha tenido las mejores sensaciones, confía en responder con la autoridad que lo ha convertido en uno de los grandes dominadores del ciclismo actual.
Mientras la atención apunta al coloso madrileño, la Vuelta ofrece este viernes un respiro a los favoritos y un escenario ideal para los velocistas en Guijuelo, localidad conocida por su jamón que acogerá el penúltimo final al sprint. Los 161,9 kilómetros entre Rueda y la localidad salmantina discurren entre viñedos y dehesas, con un perfil casi plano y apenas algún repecho, incluido el de meta: cuatro kilómetros en ligera ascensión que exigirán potencia y fondo a los hombres rápidos.
Con nombres como Jasper Philipsen y Mads Pedersen aún en carrera, todo apunta a una llegada masiva. El belga, que ya se impuso en Novara y Zaragoza, ha aguantado hasta esta 19ª etapa con el objetivo de volver a levantar los brazos antes del cierre en Madrid. El danés, por su parte, acaricia el maillot verde tras su regularidad en los sprints intermedios, aunque sin mostrar la misma contundencia en las volatas puras. Ambos saben que el terreno de Guijuelo ofrece una de las últimas oportunidades para agrandar su botín.
No faltarán alternativas. Movistar confía en el venezolano Orluis Aular, siempre pegado a la rueda de Pedersen y con la ambición de estrenar el casillero del equipo en esta Vuelta. También asoman candidatos como Ben Turner, ganador en Voiron, o Ethan Vernon, que rozó el triunfo en varias llegadas.
Fernando Escartín, director técnico de la carrera, advierte de la doble lectura de la jornada: “Será una etapa llana y diseñada para los sprinters, pero si una fuga numerosa cobra ventaja puede complicarle la vida al pelotón”. La incógnita habitual de este tipo de etapas se mantiene: ¿llegará el convoy de fugados o impondrán su ley los velocistas?
Lo que sí parece claro es que Guijuelo será un paréntesis de velocidad antes de la tormenta final. El sábado, la Bola del Mundo dictará sentencia y decidirá si Vingegaard añade a su palmarés la Vuelta que tanto ansía o si Almeida –u otro aspirante– logra cambiar la historia en el último golpe de montaña.