Madrid
Puede que el nombre del oficial Amon Göth no sea tan conocido como el de otros nazis como Adolf Hitler, Heinrich Himmler o Joseph Goebbels. Sin embargo, este se hizo un hueco en el imaginario colectivo gracias a la película La lista de Schindler. En ella, este oficial de las SS, comandante del campo de concentración de Plaszow, se presenta como un militar despiadado que llega a matar gente por mera diversión: «Nada más levantarse, Göth cogía el rifle y disparaba a algunos por diversión desde la terraza de su vivienda». Y no, lo que se cuenta en esta película no es ni mucho menos una exageración de lo que se vivió durante aquella época en el campo de concentración polaco.
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Tal y como recuerdan algunos de los supervivientes del Holocausto, el oficial austriaco podía llegar a matar entre 50 y 70 personas al día por pura diversión: «A veces venía montado a caballo llevando un látigo en una mano y una pistola en la otra. Primero se pasaba por el lado en el que estaban las mujeres y repartía algunos latigazos entre la gente. Luego se iba a donde los hombres y aprovechaba cualquier excusa para dispararles. Así uno tras otro. En una mañana podía matar entre 50 y 70 personas. Era algo que pasaba muy a menudo».
El gran trabajo de Ralph Fiennes
De ahí que el director de la película, Steven Spielberg, necesitara a un actor que infundiera el mismo miedo que Amon Göth insuflaba entre los presos. Y apostó por un Ralph Fiennes que, a pesar de que por aquel entonces era un auténtico desconocido para el público general, lo bordó. De hecho, su propia presencia causaba auténtico pavor entre el elenco original y los extras de la película. Un tema sobre el que hemos hablado en el último programa de Sucedió una noche, en el que recordamos la historia de uno de los mayores villanos de la historia del cine: «Durante el rodaje de la película, su presencia causaba temor entre los extras e incluso algunos compañeros actores».
‘La quimera del oro’, ‘Furtivos’ y Amon Goeth
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Y Ralph Fiennes era consciente de ello: «Creo que muchos de los actores israelíes que interpretaban a prisioneros me evitaban y hablaban a mis espaldas sobre mi personaje y sobre si este era tan bastardo como el auténtico Amon Göth». Más aún después de que su compañera de reparto, Embeth Davidtz, le confesaba que no le gustaba estar cerca de él durante el rodaje.
«Yo no sabía todas estas cosas»
Un terror que se trasladó posteriormente a las pantallas, cuando el público comenzó a odiar tanto a este personaje que acabó convirtiéndose en uno de los mayores villanos de la historia del cine: «El temor que despertaba su personaje se trasladó a los espectadores cuando se estrenó la película en todo el mundo. Y no solo nosotros llegamos a odiarle».
También la propia hija de Amon Göth, Monica Herwitt, tal y como contó ella misma para el documental Inheritance: «Cuando volví de ver la película, enfermé. La lista de Schindler me había contado la verdad y, de esta forma, empecé odiar a mi padre porque yo no sabía todas estas cosas». Y después de su hija llegó también su nieta, quien acabó escribiendo un libro titulado ‘Mi abuelo me habría pegado un tiro’.