Desde su llegada al banquillo en 2021 en sustitución de Xavi Pascual en una tormentosa decisión del club, Carlos Ortega se ha caracterizado por hablar poco y por trabajar mucho. Antes cada problema de plantilla por la situación económica del club, el malagueño ha respondido aguzando el ingenio.
Lo hizo cuando a su llegada el club decidió prescindir del central islandés Aron Palmarsson y repitió cuando en el verano de 2023 perdió a Luka Cindric (rescisión de contrato) y apenas unos días después Domen Makuc se lesionó de gravedad a finales de agosto, siendo baja durante casi toda la temporada.
Richardson fue una gran solución
Ante esa carestía de directores de juego, el técnico azulgrana optó por situar al lateral izquierdo Melvyn Richardson como central, la posición que mitificó a su padre (Jackson) en el desaparecido Portland San Antonio. El resultado de ese ‘invento’ ha sido extraordinario en las dos últimas temporadas.
Blaz Janc, ayudando a Fàbregas en defensa / DANI BARBEITO
El Barça tiene ahora una ficha menos, ya que se han marchado 10 jugadores y han llegado tan solo siete. ¿Por qué no son tres fichas menos? Pues porque Vincent Gérard vino a sustituir al lesionado Gonzalo Pérez de Vargas y Jaime Gallego estuvo todo el curso inédito por un problema que no parece tener solución.
La primera medida que ha tomado Ortega tras la marcha de Thiagus Petrus (Veszprém) y la decisión de no fichar a un especialista en defensa ha sido la de aprovechar el fichaje estrella de Ludovic Fàbregas para defender durante ciertas fases de los partidos con dos pivotes. Él y Luís Frade. Y la cosa parece funcionar.
La hora de Blaz Janc
Otro problema es que Dika Mem está demasiado solo en el lateral derecho, sobre todo mientras el catalán Djordje Cikusa va acoplándose al equipo tras regresar de su provechosa cesión en el Montpellier. «Confío mucho en él y nos tiene que ir dando más en ataque», dijo el míster sobre el de Bordils tras ganar al GOG.
Blaz Janc, jugando de lateral derecho ante el GOG / DANI BARBEITO
Y aquí llega la solución, aprovechando la capacidad de Blaz Janc de adaptarse a múltiples posiciones. El extremo derecho esloveno es capaz de atacar de central, de defender en el ‘1’ (extremo) o en el ‘2’ (lateral) o de avanzado en el 5-1. Pues bien, parece que esta temporada lo veremos mucho de lateral derecho.
«Tenemos a nuestro ‘joker’, Blaz Janc, que nos tiene que dar mucho en el lateral. No sería raro que lo veáis en la primera línea muchos minutos», añadió Ortega en la rueda de prensa. Renovado hasta 2028, el balcánico es una figura mundial que se sacrifica siempre por el equipo. Es otra manera de ser líder y él lo es.