En el marco de la tercera edición del evento promovido el 12 y 13 de septiembre por la Basílica de San Pedro, se celebró en la Sala de la Protomoteca del Capitolio, en Roma, la mesa redonda denominada “G20 Información”, dedicada a la transparencia y la libertad de prensa en un mundo golpeado por guerras y conflictos.
Roberto Paglialonga – Ciudad del Vaticano
La transparencia y la libertad de información en tiempos de guerra y conflictos. La verdad de los hechos como elemento indispensable para «desarmar las palabras y desarmar la Tierra», como dijo el papa León XIV, para que el relato y la narración vuelvan a contribuir a la paz, el diálogo y la fraternidad. La responsabilidad de quienes trabajan en los medios de comunicación para promover el valor de la competencia, la profundidad y la credibilidad, en la era del dominio incontrolado de las redes sociales y los algoritmos, de la superficialidad desbordante de los eslóganes que atraen clics y de las imponentes expresiones de odio y violencia por parte de los haters.
Estos son los principales temas sobre los que debatieron representantes del mundo de la comunicación y la información, directores y directores generales de redes mediáticas a nivel internacional, que acudieron a Roma para participar en la mesa redonda denominada «G20 Información» y coordinada por el director de la revista Piazza San Pietro, el padre Enzo Fortunato, que tuvo lugar ayer, viernes 12 de septiembre, en la Sala della Protomoteca del Campidoglio.
Dirigiéndose a los participantes del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, celebrado en la Basílica de San Pedro, León XIV los insta a preguntarse: «Hermano, hermana, …
Los tres horizontes del tiempo presente: verdad, libertad, dignidad
Al inaugurar el taller, el padre Fortunato ilustró los tres «horizontes» que en el tiempo presente «ya no pueden darse por sentados: verdad, libertad, dignidad».
La primera «es manipulada e instrumentalizada con demasiada frecuencia», pero también «la libertad se ve vulnerada», hasta tal punto que en muchos países del mundo «los periodistas son silenciados, perseguidos o asesinados», recordó. Mientras que «la libertad de prensa debería ser una garantía para los ciudadanos y un baluarte de la democracia». Hoy en día —señaló Fortunato— «tenemos muchos ‘dignatarios’, pero poca dignidad»: hay quienes «sufren campañas de odio y difamación, a menudo construidas artíficialmente detrás de la pantalla de un ordenador. Las palabras pueden herir más que las armas, y no es raro que estas heridas conduzcan a gestos extremos».
Así pues, precisamente en un período histórico marcado por divisiones y conflictos, la humanidad, a pesar de la diversidad de pueblos, culturas y opiniones, está llamada a encontrar los rasgos que la unen: «Resuenan las palabras del papa León XIV, que nos recordó: ‘Antes que creyentes, estamos llamados a ser humanos'». Por lo tanto, concluyó Fortunato, «custodiar la verdad, la libertad y la dignidad como bienes comunes de la humanidad es el alma de nuestro trabajo, no defender corporaciones o intereses».
Ruffini: devolver perspectivas de esperanza a cada narración
Para que esta custodia se realice y sea fecunda, la información sigue siendo central “en el tejido de nuestro futuro”, subrayó Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación. Por eso, los medios están llamados a vigilar una “frontera”: “la que separa el buen periodismo del mal periodismo, la charla superficial del análisis, la búsqueda paciente de la verdad de la difusión apresurada de noticias deterioradas, un sistema de comunicación basado en la verdad de otro fundado en la indiferencia hacia la verdad”.
Llegar a un desarme de las palabras, sin embargo, no significa rendirse. El Papa Francisco, recordó Ruffini, afirmaba que “la comunicación debe desarmarse de todo prejuicio, rencor, agresividad, fanatismo y odio; liberarse de la droga de las simplificaciones engañosas y del paradigma de la voluntad de dominio, de posesión y de manipulación”. En la misma línea, el Papa León XIV retomó esta idea, sosteniendo que si “desarmamos las palabras, contribuiremos a desarmar la Tierra”, abriendo de nuevo la posibilidad de un mundo en paz.
Para ello, hoy en particular, es necesario prestar atención al poder de los algoritmos, que “corren el riesgo de convertirse en guardianes de nuestros pensamientos”, encerrando a las personas en “burbujas” moldeadas “según nuestras preferencias”, es decir, en un mundo sin verdadera libertad, donde ninguna opinión nace para ser contrastada o transformada, sino solo para ser confirmada, en un juego interminable de espejos.
El reto, señaló de nuevo el prefecto, está en “resistir la corrosión y la corrupción de la comunicación” y en “devolver fundamento a las noticias y perspectivas de esperanza a cada narración”, con el objetivo de construir un nuevo humanismo.
Y en cuanto al tema de las reglas de la comunicación, “no puede existir un algoritmo de la verdad sin libertad”, recordó al concluir. Es necesario “devolver a los usuarios el papel de protagonistas y formar periodistas capaces de producir contenidos de calidad”. Porque –como sostenía Martin Luther King– “solo la luz puede ahuyentar la oscuridad” y “solo el amor puede expulsar el odio”.
Dar voz a quienes no la tienen
“El terreno común de las palabras que compartimos, de los hechos que reconocemos como verdaderos, es una condición esencial y vital de todo aquello que en los últimos tiempos se ha debilitado: la capacidad de negociar, de alcanzar compromisos y, por tanto, de restablecer la paz”, señaló el director de Le Monde, Jérôme Fenoglio. A esto se suma un corolario de la búsqueda de la verdad: la capacidad, hoy, “de saber contar las historias de esa humanidad que con frecuencia no tiene voz”, subrayó Joe Ageyo, director del Nation Media Group de Kenia, como ocurre con los millones de personas afectadas por la brutalidad de la guerra.
Al Khatib (Al Jazeera): el recuerdo de los periodistas asesinados en Gaza
Sobre esa violencia que a menudo golpea a los periodistas, como ha sucedido en Gaza en estos dos últimos años, habló Dima Al Khatib, directora ejecutiva de la cadena catarí Al Jazeera+. En una intervención especialmente conmovedora, mostró fotografías de sus colegas asesinados en la Franja mientras cubrían el conflicto, y recordó a Anas Al Sharif y a muchos otros profesionales de los medios “que incluso meses antes habían escrito cartas de despedida a sus familias y al mundo, porque sabían que probablemente morirían”.
En menos de dos años –afirmó Al Khatib, visiblemente emocionada– “han sido asesinados más periodistas que en la Segunda Guerra Mundial, en Vietnam y en Afganistán juntos”. Y, pese a todo, añadió, “vemos que, por suerte, la humanidad sigue siendo capaz de levantarse y protestar contra la barbarie”.
Respetar las verdades históricas para conservar la libertad
“La fraternidad de la verdad y de los hechos”, en este contexto, “está constantemente bajo ataque en nuestro tiempo”, recalcó Alessandra Galloni, directora de Reuters. Y precisamente por ello resulta esencial para el futuro y “para las nuevas generaciones”, recordó Tom Cibrovski, presidente y director ejecutivo de CBS.
Una tarea aún más ardua porque –advirtió Luigi Contu, director de la agencia ANSA– “la opinión pública está desorientada y, en medio de este caos, todo se vuelve indistinguible”, con el riesgo de “perder la capacidad de diferenciar entre realidad y propaganda. Y si los criterios de realidad y verdad pueden ser fácilmente manipulados hoy, por ejemplo con la inteligencia artificial, se pierde la posibilidad de informar y de formar ciudadanos conscientes”.
Es necesaria, por tanto, una resistencia: “respetar la moral que llevamos dentro, para contar los hechos como son y no como quisiéramos que fueran. Y así dar voz a todos, sin convertirnos en hinchas”. Porque –añadió Contu– “si no respetamos las verdades históricas, perderemos la capacidad de ejercer nuestra profesión y, en consecuencia, nuestra libertad”.
Sin embargo, invitó Mark Thompson, director ejecutivo de CNN, no hay que caer en el pesimismo: “Partamos de la base de que hay miles de millones de personas que, junto a los medios personalizados, todavía quieren acceder a ese tipo de contenidos –noticias, debates, cultura, historia y demás– que ayudan a favorecer la comprensión, el respeto entre tradiciones e identidades, y las experiencias compartidas y colectivas”.
Volver a poner en el centro la palabra “servicio”
Esto significa, apuntó Simona Agnes, de la RAI y miembro del consejo ejecutivo de la European Broadcasting Union (EBU), aceptar el desafío de devolver protagonismo a la palabra servicio: solo así es posible “reconocer el valor de la dignidad de cada persona como única e irrepetible”. “Estar al servicio de una comunidad, ofrecer las herramientas para interpretar correctamente la realidad en la que vivimos, representar la riqueza de su diversidad, proteger la fragilidad de los más débiles”. Y de este modo intentar construir “una fraternidad que permita reconocerse y aceptarse. Todos”.
Proyectos en Perú para acercarse a los jóvenes
Existen ya experiencias y proyectos en esa dirección. Lo explicó Juan Aurelio Arévalo Miro Quesada, director del diario peruano El Comercio. Contó cómo, hace cinco años y junto con UNICEF, el periódico lanzó el programa “Corresponsales Escolares”, en el que más de 3.000 niños de las 24 regiones del país relatan los problemas de sus comunidades bajo la guía de 30 periodistas. “Una manera de contribuir, desde la infancia, a compartir y enseñar la responsabilidad y el sentido de servicio del periodismo, y de entrar en contacto con los niños, sus maestros y sus padres”.
Además, el diario dedica en su edición digital y en la impresa un espacio de opinión a los estudiantes universitarios, Voz universitaria, donde reflexionan sobre los grandes retos que enfrenta el Perú.
Ressa: el futuro está escrito en las decisiones que tomamos juntos
Son semillas lanzadas para intentar sembrar esperanza en un mundo sediento de concordia y ansioso de relaciones fraternas. Es cierto que “estamos viviendo un armagedón de la información en el que los hechos están bajo ataque, la verdad es asesinada y la víctima es la confianza, lo que hace imposible comunicar… y gobernar”, denunció Maria Ressa, periodista filipino-estadounidense, cofundadora y directora ejecutiva de Rappler, Premio Nobel de la Paz 2021.
Según un informe del MIT de 2018, añadió, gracias a los algoritmos “las mentiras se difunden seis veces más rápido que los hechos”. Sin embargo, las batallas que tenemos por delante –“por la verdad, por la acción humana, por el futuro que queremos”– pueden afrontarse con herramientas eficaces: “volviendo a nuestra misión fundamental: servir al interés público; creando comunidades de acción; usando la tecnología al servicio del bien común”.
Porque el futuro, concluyó, “no está escrito en código. Está escrito en las decisiones que tomamos, todos nosotros, juntos”.
Gambetti: construir fraternidad para crecer en humanidad
Finalmente, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro y presidente de la Fábrica de San Pedro, afirmó: “Cuanto más seamos capaces de construir fraternidad y reconocernos como hermanos, tanto más creceremos en humanidad, y viceversa. Con la conciencia de que cada persona que llega al mundo es un don para el mundo”.