La tenista estadounidense Taylor Townsend se convirtió en una de las figuras más destacadas del US Open que culminó el pasado 7 de septiembre.

La número 1 en el mundo en dobles destacó por su rendimiento en el Abierto de Estados Unidos, pero esto no le alcanzó para quedarse con el título y caer ante Erin Routliffe y Gabriela Dabrowski en la final.

Tras culminar el torneo, la tenista se sinceró sobre varios aspectos en su vida que también han afectado en cierta manera su desempeño en la cancha.

En entrevista con el podcast ‘The Pivot Podcast’ de los exjugadores de la NFL y presentador Ryan Clark, Fred Taylor y Channing Crowder sobre temas como la maternidad, la discriminación y el tener que adaptar su imagen para encajar en un “estigma”.

Townsend fue cuestionada sobre unas palabras que dio hace un tiempo en las que afirmó que siente que en Estados Unidos odian a las mujeres gordas negras.

La tenista respondió: “es una pregunta capciosa porque es más profundo que el tenis. El tenis fue solo la vía y el escenario donde expuso lo que realmente estaba dentro, pero fue mucho antes de eso”.

Taylor explicó que se encontró con gente que le decían que el progreso de su carrera profesional “depende de perder peso o de encajar en un estigma, y tener que lidiar con eso a nivel mundial fue muy duro”.

La deportista contó que cuando se enteró de que estaba embarazada una de las cosas que se dio cuenta fue del trauma generacional que existía en ella.

“Y me di cuenta muchas de las voces, muchas de las cosas, muchos de los sentimientos que sentía y lo que veía al mirarme al espejo, no era mi voz, era la voz de mi mamá. Era la voz de mi abuela”, reveló.

Townsend recordó que las palabras que recibía sobre su aspecto físico por parte de miembros de su familia como su abuela o madre la hicieron daño al punto de que no pudo ponerse un bikini de dos piezas hasta que cumplió los 23.

La número 1 en el ranking WTA que esos traumas y tener a gente que le dijera que estaba gorda, que no encajaba con el estigma le hicieron creer que no conseguiría jugar tenis a nivel profesional.

“Tuve que profundizar y hacer el trabajo de encontrar propia voz”, añadió la tenista que contó que tras sufrir su conmoción cerebral y estar des meses fuera del circuito fue “el momento más transformador para mí”.

Sobre la maternidad, comentó que volver a las canchas tras su embarazo no fue fácil y que: “Tuve que perder 43 kilos en menos de un año para volver a competir”.

Taylor también habló de sus inicios en el deporte que tanto ama, sus logros, la inspiración para jugar tenis y su identidad como deportista.