Tom Pidcock ha dado un paso adelante en su carrera deportiva. El británico del Q36.5, que este sábado en la Bola del Mundo certificó virtualmente su primer podio en la Vuelta a España, aseguró que este resultado supone “un punto de inflexión” en su trayectoria, especialmente en lo que respecta a sus objetivos en las grandes vueltas por etapas.

“Creo que he demostrado que puedo conseguir lo que muchos pensaban y en lo que confiaban. Es una satisfacción enorme”, explicó el corredor inglés, que ya había confesado en MARCA su ambición por crecer más allá de las clásicas y convertirse en un hombre fiable para las rondas de tres semanas.

Pidcock recordó que su mejor y peor jornada se concentró en Bilbao, donde tuvo “las mejores sensaciones” pero se quedó sin triunfo parcial después de que la meta se adelantara tres kilómetros y no pudiera alzar los brazos como ganador.

El británico también se refirió a las protestas que marcaron la etapa final en la Sierra de Guadarrama. “A pesar de la sentada en la carretera y de tener que esquivar a los manifestantes, no llegué a tener miedo. Estoy agradecido a la organización y a la policía porque no han dejado de pensar en la seguridad de los corredores. Además, hoy parecían más pacíficos que en días anteriores”, destacó.

Mirando al futuro inmediato, el de Leeds adelantó que cerrará la temporada disputando las clásicas italianas y el Mundial de Ruta. Una cita en la que tiene claro que “el gran favorito es Tadej (Pogacar)”, rival al que sitúa por encima del resto de candidatos.

Con este podio en Madrid, Pidcock confirma lo que ya adelantó en MARCA: ha dejado de ser solo una estrella de las clásicas y del MTB para presentarse, por derecho propio, como un aspirante a escribir páginas importantes en las grandes vueltas.